15 mayo 2013
Nos miraba y hasta hacía que nos sintiéramos aludidos. Hablaba y hablaba, sin parar, nada parecía que fuera a parar su verbo. Ni los tímidos intentos de alguno por introducir baza en su alocución lo hacía posible, el estaba hablando de modo compulsivo. Lo curioso, sin duda, es que nos estaba ofreciendo un discurso sobre los defectos que muestran algunos internautas activos o proactivos, que se instalan frente al teclado de su PC y envían mensajes, comentarios o bises, en cualquier red social, de modo desordenado, continuo y voraz. Cuando a nuestro conferenciante ocasional se le acabó la saliva y dejó de hablar, le pregunté: “¿Y tú de ordenadores, de informática y de vida virtual, qué?” – El locuaz amigo cafetuliano se mostró sorprendido ante la pregunta y hablándome de medio lado y en voz baja, me dijo, mas o menos ………………. “¿Y eso qué é lo que é?” – Entonces me di cuenta que ante mi tenía a otro de los que no les gustan la uvas.
Al contertuliacafetófilo, además de la fábula, le conviene el refrán "Por la boca muere le pez".
ResponderEliminarSiiiiiiiiiiii, Maria Luisa, eso es.
EliminarPor cierto, querida "Profe, María Luisa", me ha encantado esa definición de contertuliacafetófilo.
EliminarComo me dijo un profesor mio en aquellos postgrados de la cosa del "Human Resources" (que diria un cursí): "Hay gente que su dialogo interno no les deja escuchar..".
ResponderEliminarEsa frase me la apunto, amigo Argy.
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