06 junio 2013
Juan se ha ido con su flamante y nueva, moto a ver a su amada perrita a Gabriel Miró. Pepe ha pagado, hoy, el café de todos y a mi me han dicho que ajo y agua en donde las charlas seculares y todo porque el titular de las conferencias con oxigenada está de Congreso en no sé que parte de los madriles. Pero lo importante de este torpe madrugar de hoy ha sido lo que me ha dicho Juan cuando se estaba poniendo el casco, sentado encima del sillín de su moto: “Enrique, pasa de todo, ya están aquí Les Fogueres, ahí en La Condomina ya han puesto el cartel luminoso. Anímate chaval. Mira, yo me he apuntado a la filosofía de ese amigo tuyo escritor: Es asombroso descubrir, a los sesenta y cinco años, cuántas cosas te quedan aún por hacer y, sobre todo, por que te hagan, y en eso me voy a esmerar, Enrique”
A Juan le sobra ánimo y no me explico que tenga tanto por hacer. No envidio su afán.
ResponderEliminarMe ha parecido,María Luisa, algo pesimista tu "No envidio su afán". Quizás, a lo mejor, no he sabido plasmar bien el mensaje de la bloguería. Decía mi Agustín, mi Padre, que cuando se acaban las ilusiones se acaba la vida y Juan, ahora, como yo desde siempre, me pirra "explorar" el mundo y, especialmente, lo desconocido. Juan, ya ves, aún no lleva ni medio año jubilado y ya se está acomodando. No todos los días está así, mi trabajo me cuesta.
EliminarUn abrazo amiga-e.