13 septiembre 2013
No es que su contenido sea muy real y, quizás, hasta me parezca exagerado, si, pero hoy esta bloguería sirva de excusa para adornar y admirar, a esos jóvenes veteranos que hacen de la vida virtual una ventana vital.
Mientras intercambiábamos los sobres del ibuprofeno de la ración de hoy con un nuevo amigo cafetuliano, que lo fue de camas, que no de amoríos, me he dado cuenta que el tío me trata como si no estuviera allí, es decir, se comporta como un chaval. Tiene a toda su gente con él, controlándole, él tomándose su café y los demás sus pastas, como debe ser, pero el tío anda enganchado al Tablet y no cesa de darle dedazos a lo albañil y no para de mirarme cuando deja de hacerlo. Con el tiempo he comprendido que lo que me quiere decir, con esa mirada-llamada, es que me acaba de mandar un mensaje por alguna de las mil fuentes de comunicación que el tío maneja como si fuera mi misma nieta. Uno de los “mil” que el joven veterano me ha mandado, hoy, sobresale por encima de todos y que yo mismo, desgraciadamente, puedo corroborar con todo dolor. Lo he dejado abajo de ésta, supongo que no hará falta que siga, creo que se entiende bastante bien.
Cada vez hay más menos. qué manera de perder los "papeles".
ResponderEliminarSiiiiiiiiiiiiiiiiiii, ML. Podría escribir un libro ... quizás lo haga. Feliz noche.
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