12 septiembre 2013
Curiosamente, cuando aprieta el mal todo se convierte en secundario. Manuel, un compañero de silla en la improvisada tertulia de la sala de espera de mi centro comercial favorito, me dice que él descubrió donde estaba lo importante cuando despertó de un coma profundo tras un accidente de tráfico hace diez años. ¿Será necesario tener que aprenderlo así?
No puedo estar más de acuerdo. Un abrazo,
ResponderEliminarIGUALMENTE, MIMARZGZ. UN ABRAZO-E.
EliminarEsperemos que no por tan grave situación; cualquier mal alerta y más a determinada edad.
ResponderEliminarSi, eso será, María Luisa. Pero ........... psssss, yo creo que es el miedo a no ver el sol. Feliz tarde.
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