10 septiembre 2013
Ciertamente, la alegría del día es y será, habernos reencontrado, hoy, con Matilde. Guapísima como siempre, con gesto indeciso, una preciosa peluca rubia al estilo de la Silvie Vartan y un discreto y elegante maquillaje, le devolvía ese punto sexy que tanto le gusta aparentar. La quimio no parece haberle dejado huella suficiente en su aspecto como para dejarse notar, aunque, quizás, estemos tan acostumbrados a tener buenos amigos en esa situación que ya nos vamos acostumbrando a no notarlo. Nadie sabía como afrontar el “holaquetal-comoestás” de rigor y ha tenido que ser Pepe, el ex sindicalista hasta la muerte, quien haya roto el hielo: “Matilde, conyo, sigues estando tan buena como siempre”. Antoine, que no pudo serle fiel ni a la Matilde, ni a su mujer durante todo el tratamiento de aquella, estaba en un rincón, solo. Tenía los ojos brillantitos aunque en él, en Antoine, nunca se sabe si los tiene así por culpa del Marie Brizard o por algún quebranto sentimental, como supongo, hoy, era el caso. El resto se deshacía en elogios con los clásicos “Queguapaestás” y “Quebienteveo” de unos y los “¿Duele la quimio?”, “¿Te han dicho si lo has superado ya?” de los más pragmáticos. Toda una fiesta, si, una aparente nueva victoria sobre el mal de males y la especial gracia de la Loli para organizar “festorrios con poca pasta” han hecho que hayamos , todos, agradecido a la vida que nos siga tratando así, como unos privilegiados.
Ha tenido suerte, me dijo el médico ayer. Dentro de unos meses habría desarrollado...
ResponderEliminarSuspiré.
Me alegro, un saludo muy grande.
EliminarComparto tu generosidad con quienes sufren. Gracias.
EliminarENHORABUENA, MARÍA lUISA. SI, ES EMOCIONANTE. UN FUERTE ABRAZO.
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