08 octubre 2013
Andaba con mi niña disfrutando de un delicioso y caluroso paseo por el malecón murciano. La vi, me acerqué y, sí, yo me quedé con las ganas de entrar a preguntar por su historia. Pintar ladrillos y juntarlos en mi imaginación siempre ha sido uno de mis hobbies desde que nací. Mi feliz acompañante al saberme embelesado con ella me dijo: “No sé lo que ves, ahí, avi, pero yo solo veo una casa horrible para derribar”. Quizás sea la edad la que te acaba moldeando de tal forma hasta que consigue que mandes el pragmatismo al rincón del olvido, no sé, pero a mi me gusta ser como soy, mejor dicho, como soy ahora. Casi me lo pierdo.
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ANDA¡QUE BARBARIDAD
ResponderEliminarnooooo no queria decir esto es quee me salia otra ventanita donde decia que cataluña se independizaba de la UEy ponia un representante propio perdon
ResponderEliminarSi no lo eras ahora lo eres, un romantico maravilloso amigo
ResponderEliminarGracias Griselda, decía mi abuelo, también, que nunca es tarde para rectificar.
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