28 noviembre 2013
Todos los días paso por allí y pregunto si he llegado. Luego vuelvo a pasar y pregunto si me han visto. Más tarde, ya desesperado, pregunto sorprendido … ¿pero no he venido hoy? y la respuesta, como todos los días, siempre es la misma: ¿Venga mañana, quizás venga mañana?
Según la tradición hay que anudar un pañuelo y tirarlo en un rincón y luego seguro que te encuentras.
ResponderEliminarVerás, amigo EKK, estas espontáneas reflexiones o manifestaciones de ira, que, en el fondo, es lo que son, tienen mucho que ver con tu tu sabio comentario, pura tradición, de ideas, en este caso, pero eso, tradición pura. Gracias, amigo.
EliminarQuerido amigo, un microrrelato genial. Posee los elementos imprescindibles para ser elevado esta categoría porque lo soñado y vivido es idéntico pero con la negación de la realidad. El espacio/tiempo entrelazados y distorsonados acompañados de una imagen ideal e imprescindible para cuantificar la importancia de la ausencia. Genial, Enrique.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Amigo Campillo no me voy a reiterar, superas con tus comentarios mis artículos. Por cierto, envidia ninguna, todo lo contrario, una forma más de desoertar la bestia y en beneficio propio. Gracias.
EliminarTus comentarios, como siempre, superan a mis artículos lo cual no me importa y me realiza, amigo Campillo. Gracias
EliminarJAJAJA Paco siempre tan elocuente! Enric, lo dicho, tus artículos son auténticos Koans que planteas para ser explorados..........
ResponderEliminarGracias amigo argy y te llamo argy para no confundir tu personalidad con la de mi, también admirado Campillo, gracias, mil gracias. Compatae co lo que pudiera decir Koans es un regalo.
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