23 diciembre 2013
Trasteando en el baúl de los recuerdos olvidados, encontré algo que me conduce, como siempre, a creer que mientras pueda ser sensible a su reencuentro, seguiré siendo persona.
“Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mi libros, por favor créanselos. Créanselos porque me las he inventado”. (Final del discurso de Ana María Matute al recibir el Premio Cervantes 2010)
Estaos objetos han vivido cnosotros una etapa que recordamos con cariño. Jamás debemos olvidar una anécdota, un pequeño motivo, para recordarlo con la languidez de los sueños pasados Oye, estamos demasiado filosóficos con estas entradas y comentarios. ¡Viva la Vida!.
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique.
Si, amigo Campillo, excesivamente filosóficos. Quizás suceda, según dicen, que lo que sale del teclado es el reflejo del alma. Feliz navidad
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