03 febrero 2014
En los asuntos del café del sábado, discutíamos con los artistas de la verbena pasional, vibrante y estúpidamente inútil de todos los días, que no es bueno hablar de política si quieres tener amigos y yo, maliciosamente, pretendía convencerlos de todo lo contrario, que no es bueno tener amigos si no puedes hablar con ellos de política. Mientras estábamos a punto de concretar que nuestro próximo e importante, viaje al sol deberemos hacerlo de noche, para no pillar una insolación, recibo un mensaje de una compañera del Facebook anunciándome, de modo gráfico, que nada como ir a un Banco para que tu vida cambie. Puesto, la cosa de los Bancos, como un amargo vómito, encima de la mesa, me di cuenta que el odio a los Recortes del Gobierno, a la MariDó, a los polacos del Passeig de Gracia y hasta el que se profesa a la mismísima Madre de todos los de La Casta, la suma de todos ellos no es nada comparado con el sentimiento de amor profundo que todos tienen hacia los Bancos.
Se lo han ganado a pulso. “Enrique, recibo una carta oferta de inversión y/o otras tonterías, de un Banco y la quemo. Lo que le hacen a mi hijo con su piso no tiene nombre. Dan asco.” “Mi hija tendrá que cerrar la Peluquería, pidió un Préstamo y ahora la sangran. Pide la renovación y no se la dan, pero le cobran el 29% de intereses de demora mientras discuten con ella como arreglarlo y, con ello, siguen dándole largas para seguirla sangrando” …
La mesa se ha convertido en un valle de lágrimas, de odio a raudales fluyendo por la boca de todos. Nunca lo había visto. Mejor no contar más. Me quedo con la imagen de Lupe, si, nada más gráfico. Aquí la dejo. Deberíamos pegarla en todas las puertas de los Bancos.
Se lo han ganado a pulso. “Enrique, recibo una carta oferta de inversión y/o otras tonterías, de un Banco y la quemo. Lo que le hacen a mi hijo con su piso no tiene nombre. Dan asco.” “Mi hija tendrá que cerrar la Peluquería, pidió un Préstamo y ahora la sangran. Pide la renovación y no se la dan, pero le cobran el 29% de intereses de demora mientras discuten con ella como arreglarlo y, con ello, siguen dándole largas para seguirla sangrando” …
La mesa se ha convertido en un valle de lágrimas, de odio a raudales fluyendo por la boca de todos. Nunca lo había visto. Mejor no contar más. Me quedo con la imagen de Lupe, si, nada más gráfico. Aquí la dejo. Deberíamos pegarla en todas las puertas de los Bancos.
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Mientras tanto aquí estaremos los funcionarios para salvar al Banco o Caja que lo necesite, eso si, sin rechistar.
ResponderEliminarEs hasta repugnante, amigo argy. Toman el Pais como un rancho propio y nosotros, casi, ni Mú.
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