13 junio 2014
Hace, ya, muchísimos años, casi era un niño, me pareció que un Dios me tendía la mano. Ahora, más de cinco décadas después, no tengo duda de ello. Quizás, solo un reproche informal, quizás algo vehemencial: ¿Y si no me la hubiera dado? ¿Y si solo fue un sueño?
En ocasiones ciertas conjunciones nos parecen mágicas verdad ?? A mi no me llego a dar la mano, pero si que creo que alguna vez al menos me ha mirado.......incluso me ha visto!!
ResponderEliminarEso es, justo ahí, amigo argy. es algo que se nota. Quizás sobre mi reproche pero no he podido evitarlo.
EliminarAfortunados ambos, por aquí creo que no pasó. Sin esa mano, seguirías siendo tú. Un beso, primor.
ResponderEliminarGracias, detalles, pero creo que esa duda se irá conmigo hacia la luz de los tiempos.
EliminarFortuito, quizás afortunado.
ResponderEliminarUn beso Enrique.
Totalmente afortunado, Eva, pero sigo sin entender por qué, ni lo uno, ni lo otro.
EliminarNada, Dios no aparece.
ResponderEliminarEse Dios, amigo Paco, no tenía barba ni bigote, lo peor, sin duda, es que solo fuera un sueño.
EliminarInmenso relato de un estado de ánimo que ha tenido una recompensa, Enrique. cómo no te la iba a tender? Eso ni es verdad ni se produjo. La cogiste como se coge la mano de un buen y fiel amigo.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Enrique.
Intentaré convencerme, amigo y maestro, Campillo, de que tienes razón. Voy a esforzarme.
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