04 junio 2014
Hoy, me permitiré y permitidme, un emparedado de banalidades.
Leonor hablaba de la Prensa Rosa y las revistas del Corazón de antaño, donde solo salían gente célebre, ilustre y la Realeza. Hoy han cambiado las cosas, nos dice, ahora cualquiera se hace llamar periodista y solo se premia la noticia que ofrece las peores intimidades de cualquiera. Guarrerías, infidelidades, montajistas y basura informativa creada por personajillos de escasa casta personal y social que la propia Revistabasura y la Telebasura crea, impunemente, a su antojo y perplejidad de no tantos como debiera.
Leonor hablaba de la Prensa Rosa y las revistas del Corazón de antaño, donde solo salían gente célebre, ilustre y la Realeza. Hoy han cambiado las cosas, nos dice, ahora cualquiera se hace llamar periodista y solo se premia la noticia que ofrece las peores intimidades de cualquiera. Guarrerías, infidelidades, montajistas y basura informativa creada por personajillos de escasa casta personal y social que la propia Revistabasura y la Telebasura crea, impunemente, a su antojo y perplejidad de no tantos como debiera.
Mientras hablábamos de ello, un intrépido reportero de TV, mostrando su inapreciable capacidad intelectual, le pregunta micro en boca a la Infanta Cristina: ¿Qué le parece que vaya a empeorar, ahora, con la abdicación del Rey, su imputación en el caso Nóos?, pregunta que la Infanta, claro, no contesta. En la TV de la competencia, en un programa aún más repleto de carroñeros de la nada, se anuncian las declaraciones de la Famosa cantante de turno que una vez nos muestran las imágenes se resume en una burda retahíla de preguntas del reporterucho de turno sobre que opinaba la famosa sobre las fotos de su marido con la tal fulana de moda, de los cuernos que el marido de su hija ha mostrado en la Revista, (por llamarle algo), “Qué me dices” y algunas otras imbecilidades que, por supuesto, y a riesgo de toparse con un árbol o una farola, la famosa ni contesta, ni quiere oír, (pero que tiene que soportar dicho acoso pues así lo permite la legislación española), acelerando el paso al borde del suicidio.
Vaya, no me gusta escribir sobre esto, pero lo estoy haciendo. He estado a punto de darle al delete pero he decidido perdonarle la vida, lo mismo que hacen esos comentaristas televisivos de “vida ejemplar” que se atreven a hacerlo con las de los demás como si del mismo tribunal de La Rota Romana se tratara. En fin, prometo no hablar más de ellos pero terminaré diciendo lo que nos ha dicho la Loli: “No me vayáis a decir ahora que os aburre oír a la Hestevan, porque entonces qué … ¿Preferís oír al Rajoy?”
Llegue de casualidad al blog y me quedo leyendote! :)
ResponderEliminarun saludo
Encantado, karu, espero te guste estar por aquí. A veces, hasta entiendo lo que escribo. saludos.
Eliminar¿No te parece mucho más agradable no tener que escuchar a ninguno? Yo casi lo estoy consiguiendo.
ResponderEliminarUn besote.
La verdad es que lo intento, detalles, pero al parecer son como el ojo de Google, están en todas partes. Tomando café, pasando por el salón. en casa de mis nietos ....
EliminarOír como sabes es algo digamos pasivo, sin embargo escuchar es deducir, comprender y dar sentido a lo que se oye. Que cada uno escoja, el que y a quien! Saludos----
ResponderEliminarLo que digo, amigo argy, es que es preocupante esta espiral de incultura basada en la estupidez humana y que cada vez aumenta a mayor ritmo. Temo por la educación que le damos a nuestros jóvenes que se ven atraídos por este tipo de cultura del body, de la imbecilidad. y de la inexistencia de premio alguno al esfuerzo, a la dignidad, al trabajo y a la fidelidad ... en fin, amigo, un canto dirigido a quien corresponda organizar esa lacra que ya va siendo cancerígena en la formación de nuestros futuribles.
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