27 junio 2014
La vida en pareja, antes matrimonio, es un mundo de renuncias, sin ellas no hay convivencia y esas renuncias solo se pueden ofrecer si hay amor. Si se acaba el amor, lo mejor es ofrecer la renuncia a esa convivencia. No obstante hay muchas parejas que lo dejan por motivos bien distintos, sí, ausencia de altruismo, puro egoísmo, sentirse atrapado y, también, como no, por ausencia de edonismo infiel, y lo dejan, curiosamente, por ello, sí, antes que por ausencia de amor, lo cual, sin duda, suele ser un gran error, solo reconocible, al parecer, en la soledad de la vejez. Cuando mi amigo el Básico me hablaba de la estupidez humana, en esas largas noches de soledad profesional, quizás me hablaba de esto, no sé, o quizás me hablara de algo más emotivo, tampoco lo sé, puede que algún día se lo pregunte.
Tienes toda la razón del mundo mundial.
ResponderEliminarNo me gustaría tenerla, Tracy.
EliminarUn abrazo y feliz sábado.
Bien dices Enrique, de que es un mundo de renuncias, los egoísmos son la principal causa de nuestros males
ResponderEliminarUn abrazo
La palabra mágica, Toni, egoísmo. El mal de nuestra sociedad actual.
EliminarUn abrazo.
Amar es una decisión, es querer a pesar de... Aceptar y no sentir que se renuncia.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Eso es Susana, lo peor, sin duda, es que no sea bidireccional. Es terrible.
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