22 septiembre 2014
No me lo podía creer: Él estaba allí, sentado en un banco en la Gran Vía, en San Esteban. Jugaba con unos revoltosos enanos que le hacían reír y hasta gestar alguna payasada. A su lado un grupo de jóvenes cuarentones, muy encorbatados todos, hablando y sentenciado, la realidad y el futuro, de la economía mundial mientras mi hombre, aquél que fue uno de mis mejores y mayores valedores en mi vida profesional, aquél que realizó cientos de conferencias en los Ateneos, Foros Empresariales y Universales de medio mundo, seguía allí, como si nunca hubiese sido nadie. Uno de los más engominados y encorbatados salvadores de la economía, dejó un momento su trascendente conversación y le dijo al que ahora no parecía nadie; "¡Papá ... los niños se van a hacer daño, no los dejes que suban al columpio! ... " Y mi querido Gran Jefe, fundador de una gran empresa, una gran fundación y hombre que podía cambiar el signo de la economía local en los 90, salió corriendo y sin rechistar hacia el dichoso columpio para reparar su descuido. Quería yo ir a saludarlo pero al levantarse me eché atrás, pensé que igual no era una buena idea.
Mi querido Gran Jefe, el olvidado, con toda seguridad, me dio una nueva lección y esta vez lo hizo sin que él, ni yo mismo, nos diéramos cuenta.
Enviado de Samsung Mobile Note III
La vida no deja de sorprendernos, darnos sorpresas, verdad? ayer vi de nuevo "A proposito de Schmidt " y no se porque me he acordado al leer este relato. Cuando uno quizás pueda entender que todo su entorno es tan inútil como carente de un sentido lógico por el cual sentirse a gusto, y habiendo llegado ya a cierta edad, siempre habrá algo por lo que tenga sentido vivir.
ResponderEliminarEso creo, amigo argy. A mi lo que resultó aleccionador fue ver la admitida actitud de mi querido ex jefe, por una parte, y la de su hijo, muy displicente, por otro. Aprendí de uno y de otro.
EliminarQué buena paradoja!
ResponderEliminarUn beso Enrique, feliz día de mañana.
Gracias, Eva. Si te refieres a que mañana va a ser un gran día ... te deseo lo mismo, seguro lo será.
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