15 octubre 2014
Abrir la ventana y lanzar un "Buenos días sol", un "como estás oçellet*" y un “que suerte tengo de poder respirar ese aire que la vida me regala cada mañana", es uno de los mayores placeres que puedo sentir en mi generoso estado actual, cuando apenas abro los ojos. Pero lo mejor está justo a mi lado, cuando aún somos capaces de reírnos juntos, de avivar sentidos con ingenuos arrumacos y, especialmente, de saber sentir ahora, a nuestros mas de sesenta, mucho más que cuando el fuego quemaba los leños de nuestros deseos. Quizás, a muchos que ahora empiezan una nueva vida en común, les parezca un imposible mantener un sentimiento más allá de lo que alcance un cercano mañana. Quizás les parezca una atrocidad atarse a un mundo fuera del deseo que provoca en la sangre el fuego de la carne, pero no se trata de eso, no, hablamos de eso que algunos aun llamamos amor, ese desconocido, el amor, que, siendo austero, es lo único, en cualquiera de sus acepciones, que puede salvar el futuro de las, olvidadas, relaciones humanas.
Yo solo quiero imaginar que querer, es poder.
*: Pajarito
Enviado de Samsung Mobile Note III
enriquetarragófreixes
EXCELENTE!!!!, además estoy de acuerdo y comparto tu post al 100%. Es un post intimista, por lo tanto creo que exponer mi caso en comentarios no está fuera de lugar. Nosotros, mi esposa y yo, el año próximo hacemos nuestras bodas de plata, y eso que todavía nos faltan algunos años para los 50 (nos casamos muy jóvenes y nos conocimos siendo casi unos niños). Tú, con más experiencia que yo, confirmas mi percepción del amor: va mutando con el tiempo pero, si es amor y no algún simulacro de esos que sirven para tapar soledades y frustraciones, va extendiendo sus raíces; se va haciendo más profundo al punto de fundir dos almas en una sola...con el paso de los años. Eso, amigo Enrique...es algo que está pasado de moda en estos tiempos en los que el circo emocional ha llegado incluso a intelectualizarse como algo positivo, liberal, moderno y emancipador de la persona. Obviamente, un circo que va unido a un vacío que transforma al ser humano en un individuo sumido en su propio caos interno.
ResponderEliminarSí señor, Enrique!!!
Un abrazo
Gracias, Valaf. Yo no pierdo la esperanza, entiendo que esta moda actual llevada a las relaciones sentimentales, de usar y tirar, es pasajera, deseo y en ello estoy, que mis nietos lo entiendan y para eso nos deben ver como mostramos esa realidad que puedan ofrecer unos abuelos que se quieren, que lo dicen y se lo dicen.
EliminarUn abrazo-e.
No lo imagines: CREELO.
ResponderEliminarHay quien no puede querer, Tracy y yo se lo niego. Dices muy bien, ... yo también lo creo.
EliminarBravo, Enrique, bravo.
ResponderEliminarL. Noguera