13 noviembre 2014
Estuve un buen rato frente a ella, no me atrevía a moverme, era como si no quisiera romper ese momento. Intentaba contener la respiración, un momento así lo recordaría siempre y procuraba eternizarlo, me bastaba, simplemente, con contemplarla. Pasó mucho tiempo desde entonces, tanto que casi ya no recuerdo como era: Siempre pensé que la belleza era una utopía hasta que ese día la encontré. No tenía cara, no tenía alma, no era tangible, solo se percibía. Era algo inexplicable e inimaginablemente multiforme. Era distinto y distinta.
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Es algo que se nota cuando estás ante ella porque te hace brincar el alma.
ResponderEliminarImportante matiz, Tracy ... eso es.
EliminarlA sensacion que produce estar ante algo bello no se puede explicar facilmente porque no es pasional como el amor. Es elgo difuso y gratificante y sobre todo sereno y placentero ...¡Anda fijete me he explicado¡
EliminarTe explicas, siempre, de maravilla amiga Griselda y yo estoy contigo no es pasional, es recofortante. Estuve delante de ese cuadro, hace ya más de 20 años, casi dos horas sin apenas moverme.
EliminarFeliz tarde
Si te refieres a la obre de arte de la foto: son indescriptibles las sensaciones que te embargan el espíritu. Sabido es que una de las múltiples diferencias que nos separan de los animales es la capacidad del asombro estético; aquella chispa que nos hace jugar (y necesitar) con lo que sirve para "nada". Somos seres estéticos que se proyectan al infinito (y no es grandilocuencia sino algo muy cierto). Por cierto, creadores de utopías, gracias a las cuales se construyen futuros.
ResponderEliminarUn abrazo
Hablaba de la belleza y, por tanto, de ese cuadro, también.
EliminarSaludos tardíos