12 diciembre 2014
Me resulta curioso que cuando más dormido estoy más activo me muestro. Aún es más curioso ver, solo ver, que aunque parece que te miran, casi nadie te ve cuando vas por la calle Mayor de tu pueblo o apareces en esos centros donde solías torear en días de máxima expectación. Sorprende que ese conocido de otra era, cuando tenías poder y un lugar preferente en los foros de la ordinaria sabiduría empresarial, te pregunte si todavía "haces algo".
Me admira ver a ese buen y audaz bancario, que era el Director de la Caja de Ahorros de Benalúa, vestido con ropa deportiva, cinta en pelo y matándose a correr, (al borde del infarto), por la jungla urbana y que cuando te ve se planta ante ti sin dejar de saltar, ni siquiera para echarte dos palmadas, a lo bestia, en la espalda, en señal de ser gran portador de feromonas activas.
La guinda la pone esa micro multitud de gente amiga que dice conocerte, por ejemplo, cuando te sientas en la cola de la vacuna antigripal ... "No se acuerda ... usted me vendió el piso de El Palmeral en el 88" - Y yo, cauto, me pregunto: ¿Para bien o para mal?.
Pero lo mejor del día, sin duda es observar la literatura comunitaria, es decir, la que se pone en los portales de la Comunidad de Propietarios o en el mismo ascensor. Al margen de las broncas del Presidente de Comunidad, (auto ascendido en su ego a Comandante en Jefe Del Cuerpo de Represión Vecinal, (CRV)), trasladadas a esos literarios textos que cuelgan en las paredes de las zonas comunes de cualquier Comunidad de Vecinos de esta querida Spain, lo mejor es la réplica que bolígrafo en mano y mejor talento prosaico, estampan los vecinos en los mismos. Por favor, si veis alguno, arrancadlo de inmediato, hacedlo por el bien de las generaciones futuras y, ah, no os olvidéis de rezar, por el mismo motivo, para que unos y otros, autores y replicantes, sean estériles, (por el bien de las generaciones futuras).
Enviado desde Note 4
Si, Enrique, una pizca de poder puede convertir a un ser normal en potencial represor. Sin embargo, la drástica medida de sesgar las cuerdas vocales de los animales de compañía es una solicitud que lejos de ayudar a la convivencia potencia enemistades y malas caras. Por supuesto es cierto que muchas personas son, per se, descuidadas y molestas pero sospecho que la gran arenga del jefe de la CRV habrá sido conclusión de una reunión general...
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique..
Tus puntos de vista, firmes y sosegados, amigo y maestro Campillo, siempre ponen el acento donde conviene. Gracias.
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