El mundo al revés

19 julio 2015

Un BMW Z4, con un cincuentón guaperas al volante, aparca en el centro de la zona dedicada a minusválidos frente al Ateneo de mis amores ... ¿Oiga, ahí no se puede ...? - Le informa mi amigo el que vende los cupones de la ONCE - El guaperas sale, se para frente a nosotros,  enciende un cigarro y al tiempo que se va nos hace un expresivo gesto facial de "queosdén" que muestra, inesperadamente,  su calidad molecular fetal.

Cien metros más allá,  comprando el pan, en mi cola de siempre, una joven veterana empieza a chincharme con que ella le ha dado la vez al señor que están despachando. La bronca que le sueltan los de atrás mío no impide que la veterana amiga de cola haga imponer su criterio y consiga que la acalorada dependienta le sirva a ella. El caso es que mis amigos de cola empiezan a contarme lo que ya sé,  "Esa mujer siempre dice lo mismo para colarse ... una caradura integral" ... y yo por lo bajo les digo ... "Ya lo sé ... pero es que su marido se muere y ella está sola " - Y ellos me dicen ... "Es que tú te lo crees todo, Enrique"

Por último, por fin, mi amigo Antonio, (nuestro jefe de prensa desde hace más de veinte años), me dice: "Enrique, esa foto y en b/n, que me regalaste el viernes, me hizo llorar, nadie me había nunca regalado algo así, aquí" - Y mientras Antonio hacía cara de emocionarse, una joven veterana con cachava de lujo, nos dice: "Venga, jóvenes,  déjense de cháchara y vayan al asunto que los demás tenemos prisa"

El mundo al revés debe ser maravilloso, si es que no se te sube a la cabeza el licor de las emociones, especialmente cuando la chica de las verduras, cuando le enseñas la foto de tu nieto, el de los trece meses, te dice: "¿Su hijo?"

Enviado desde Note 4

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