15 septiembre 2015 (remake)
Anteayer, 13, hizo diez años que Alfredo nos dejó. Se fue dejando un millón de amigos y el caso es que diez años años después aún los tiene. Quizás esta ciudad le haya olvidado un poco, a mi hace un año o dos, se me ocurrió pedir que le pusieran su nombre a una calle, pero luego me fui desinflando al ver que gente muy ilustre se le adjudicaba su nombre a calles en donde es fácil que nadie asome por allí mas que sus moradores. Oí una vez que no era lógico que se diera el nombre de nuevas calles a gente viva y en esta ciudad, y supongo que en muchas mas, pero Alicante es especial, es tierra muy medalladora, es decir, le ponemos 5 orejas y el rabo a cualquier torero en nuestra feria, un cuadro a cualquiera en el Ayuntamiento y una calle a casi cualquiera, pues esta es tierra de gente muy buena y muy noble que lo da todo hoy para hoy. Por eso, quizás, quien me lo contó tenía razón: “Como se os ocurre ponerle un nombre a una calle de gente que aún está viva”, recordándome el de un vivo muy vivo y muy deportista que tiene calle, y que no nombraré aquí pues eso, (lo de opinar sobre alguien), siempre es subjetivo.
Por tanto amigo Alfredo, ya sabes, tú Hércules está en Segunda y bajando, no han puesto tu nombre en tu silla del Rico Pérez, no hay calle para ti, pero tú apellido, Ros, está, aún, en varios lugares de restauración de esta ciudad, (Templete Calvo Sotelo, Vissum, ………. ) y en el de ya unos cuantos muy dignos descendientes que te siguen adorando y admirando, como tus amigos, aunque no tengas calle y, ah, ya sabes, sigue guardándome mesa en ese bar en el que te has instalado, subiendo al cielo, primera curva a mano derecha, espérame, sin prisa, pero llegaré, tendremos tiempo de seguir con lo nuestro. De momento, yo sigo como antes, “Ese, ese, ese, Ros”
Por tanto amigo Alfredo, ya sabes, tú Hércules está en Segunda y bajando, no han puesto tu nombre en tu silla del Rico Pérez, no hay calle para ti, pero tú apellido, Ros, está, aún, en varios lugares de restauración de esta ciudad, (Templete Calvo Sotelo, Vissum, ………. ) y en el de ya unos cuantos muy dignos descendientes que te siguen adorando y admirando, como tus amigos, aunque no tengas calle y, ah, ya sabes, sigue guardándome mesa en ese bar en el que te has instalado, subiendo al cielo, primera curva a mano derecha, espérame, sin prisa, pero llegaré, tendremos tiempo de seguir con lo nuestro. De momento, yo sigo como antes, “Ese, ese, ese, Ros”
Dejo una foto de la última vez que te hicimos llorar, el 27 junio 2003, cuando te entregamos la placa en recuerdo de tu jubilación:
o de que las calles a gente que ya no está se ha dicho siempre y desde luego el muy deportista ese que has nombrado es la confirmación de dicho dicho.
ResponderEliminarAy, EKK, como me duele todo, incluso el alma cuando me acuerdo de esos amigos ilustres que debieran ser mucho más reconocidos, por su ejemplaridad, de lo que esta fanática sociedad de consume es capaz de aprender a hacer.
EliminarUn abrazo-e.
Pues si Enrique los amigos de verdad no se olvidan aunque la naturaleza es sabia y nos hace perder memoria con el tiempo,
ResponderEliminarA mi tio, en vida le pusieron el nombre de una plaza a su nombre e hijo predilecto; el ya lo decía en una de tantas poesias que escribió
Dad-me las flores ahora, no esperéis a que me muera para hacerme una corona....
Sabio tu tío, Toni. Veo que heredaste mucho de él.
EliminarUn abrazo muy fuerte.