miércoles, 21 de octubre de 2015

El motivo por el cual existir está en ellos



21 octubre 2015

Aquellas pequeñas cosas con las que uno se tropieza con ellas en los días de blanco y negro como hoy; días en los que hablar de que fuimos capaces de aprender latín sin apenas saber quien era Machado, ante un chaval de instituto, te expones a que te conteste, sin que le puedas oír ... "viejo, por mi cómo si te la machacas", con la seguridad,  eso sí,  de que le tendrás que explicar que lo del latín no es un baile de moda o que Machado no juega en el Madrid; un día en el que sigues descubriendo que ya no hay Mercerías donde comprar un botón para ese viejo abrigo que ayer sacaste del armario o no sabes donde encontrar un buen colmado para comprar media libra de carne picada para hacer unos buenos canalones al horno o una droguería para comprar un flit de los de toda la vida; días en los que leer un periódico a pie de barra saboreando un humeante café expreso es como reeditar y darle vida a una fotografía de los 50; días en que conviene recordar en que por mucho que evoquemos aquel bello y feliz pasado, el presente y especialmente el futuro, aún puede serlo más aunque cueste entenderlo y mucho más cuando para ello se trata de abrir los ojos y dejar de soñar.

Lo mejor, no obstante, en un día como el de hoy, un día de lluvia, sigue siendo el meterse en la vieja librería donde guardas esos viejos libros y buscar entre sus hojas alguna de las muchas notas que Ella fue dejando entre ellas con preguntas y bellas reflexiones. Hoy, la que encontré hoy, decía algo ciertamente bello: "El motivo por el cual existir está siempre en ellos" ... supongo que Ella siempre supo que algún día encontraríamos sus notas y sabríamos aprender de ellas.

Enviado desde Note 4


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