22 octubre 2023
- En un oscuro rincón de la oscura (aún sin luz intensa), y triste barra de nuestro triste y oscuro Ateneo en este incipiente y oscuro día, justo allí encontré a mi cura favorito con el misal encima de la barra, justo al lado de su copa de lo que él llama, por su atractivo sabor, el líquido del demonio.
- Le di un golpe en la espalda a modo de saludo y ni se inmutó, como buen discípulo del gran y sabio Dios, me di cuenta de que me estaba esperando ¡¡me había reconocido!!
- "Sabía que eras tú, Enrique, el ruido de tu muleta al besar el suelo y tus rumbosos balanceos te hacen inconfundible". Me di cuenta de que él, como la mayoría de sus compañeros de Fe y Santo Oficio, tienen dotes parasensoriales estratégicamente colocados en la virtud de su habla lo cual los lleva a un discurso muy apológico, aunque sensatamente creíble.
- "¿Qué, de domingo sin nadie a quien ver?" - me dice - y yo, raudo, le contesto: No querido cura de mis amores, yo, como tú, siempre tengo a quien adorar, querer y admirar, con la diferencia sobre lo tuyo de que lo mío es tangible, aunque, también como lo tuyo es y quiero que sea, eterno. Yo creo en la perdurabilidad de la esencia querido misionero de la Fe.
- Estuvimos charlando hasta que el astro sol se dejó ver por encima de la LH (línea del horizonte), y dejamos de hacerlo porque, al rato, entraron en tromba todos los solitarios, solteros, divorciados, viudos y viudas, y diversos abandonados veteranos de los domingos con o sin sol, que marchan en procesión hacia el Ateneo y que hoy, por los azares del descanso obligado a empleados a eso del final del verano, se regalan (en el Ateneo), unas merecidas vacaciones de una semana horribilis para ellos, (para los jóvenes y solitarios veteranos), si no fuera porque la Loli, conocedora de la problemática de su soledad dominical (abandonados de toda su familia), y su necesidad de sentirse acompañados, les abre la puerta pequeña (mientras la principal sigue cerrada), para que puedan desahogarse como Dios manda y el cura, que interviene como mediador, los aplaude y acoge como si el local fuera suyo, pero con una condición: A las diez todos a Misa.
- Y ya la cosa se puso de fiesta, pues demasiadas veces, para los chicos del PREU, estas son sus únicas formas de comunicación con el resto del mundo cuál es su Ateneo Celestial, el de sus Misas, sus partidas de dominó, sus clases gratuitas de informática, sus pecados culinarios, su prohibido bebercio, sus desmadres semánticos y el contar de sus maravillosas historias nunca jamás contadas a nadie ... toda una vida incontable ... y también soñada.
- Mi Santa Madre ya lo decía (a mí me lo enseñó desde niño), para ser feliz lo más importante no es serlo, lo más importante es creérselo y para ellos, mis amigos, esa es su vida, creerse que son felices sin saberlo, tanto, que hasta lo son.
Lo del "líquido del demonio" que dice tu amigo el cura tiene guasa. Me gustaría por un momento poder colarme por esa puerta pequeña y participar en vuestras conversaciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajajajajaja, eso se puede montar en cualquier lugar del mundo, es cuestión de buscar con quien empatizar, Conchi.
EliminarFeliz noche.
Si que lo pasan bien en ese Ateneo y con "la Loli" de anfitriona consintiendo a sus huéspedes.
ResponderEliminarYa quisiera yo ese "líquido del demonio". jajaa
Apuesto a que son realmente felices allí y que casi todos los feligreses esperan con ansias los domingos para "celebrar el santo ateneo" más que la santa misa. :) :)
Va mi abrazo dominical (hoy con mucha ansiedad, esperando que sea de noche para saber el resultado de las elecciones)
Gracias, dulce Lu, la felicidad está donde la quieras crear, para nosotros la vida es un regalo y la socialización, a cierta edad, imprescindible.
EliminarHe visto el resultado de las elecciones en tu País y ha sido sorprendente. Suerte.
Un abrazo muy fuerte.
Enrique, tu Santa Madre era una sabia (lo demuestra el último párrafo de tu escrito)
ResponderEliminarEs preferible disfrutar de un pretexto para ser felices, que descubrir que alguna vez lo fuimos y no supimos reconocer esa felicidad hasta que la perdimos.
¡Saludos amigo!
Leerte me hace feliz.
Ay, Juan Carlos, extraigo de una bella canción de Serrat este texto para contestarte: "No hay nada más bello que lo que nunca he tenido, nada más amado que lo que perdí".
EliminarSer feliz va en la persona y su forma de ser ... y en la suerte que los caminos de la vida le aporten.
Ya tengo muchos años y, desde luego, he vivido mucho para poderlo contar casi todo, pero resumiendo diré que siempre he sido feliz en cada una de mis etapas de la vida.
Gracias, Juan Carlos.
Tu madre tenía razón. Te mando un beso.
ResponderEliminarMi Madre fue y será siempre para mí, una gran mujer, amiga Judit.
EliminarUn abrazo, escritora
¡Qué felices fuimos muchas veces sin darnos cuenta! Un tranquilo domingo, Enrique, a seguir disfrutando.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Mara, últimamente todos los días son tranquilos, a veces creo que demasiado tranquilos, pero, ya sabes, la tranquilidad va por dentro.
EliminarUn abrazo.
Tal como lo describes, ese Ateneo es todo un lujo, y para gente muy exclusiva como solitarios, solteros, viudos, etc.. Dirigidos por la Loli y como consejero el Sr. Cura, que además de pegarle a la birra, hace un poquito de todo, sin llegar a dar sermones.
ResponderEliminar¡Que más se puede pedir!...
Gracias por tan lindo y bien narrado relato, que ya los echaba yo de menos.
Un fuerte abrazo, amigo Enrique, y gracias por haber estado siempre ahí.
Eres un encanto de persona, MANUEL. Contigo he aprendido mucho de la historia que nos presentas en tu blog.
EliminarUn fuerte abrazo.
Estos tiempos nos han robado hasta la sensibilidad de ser feliz. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarTiempos difíciles, Carlos Augusto, para iniciar una vida intensa.
EliminarFeliz jueves.