Imagen: Vincent Bourilhon [Fotomanipulación]
11 diciembre 2016
Armando, ese veteranísimo muchacho que llora cada vez que le contamos la historia de algún divorcio, ha decidido ir todos los días, desde muy temprano, con dos copas de más. Eso no sería problema si no fuera porque acaba, siempre, contándonos que su mujer, hace ya seis años, lo dejó por otro; que ella le sacó todo el dinero que tenían pues él se lo puso a su nombre, en los 70, por aquello tan sabio que hacen los “buenos empresarios” de esta Terreta querida para que los acreedores no le pillen en caso de arruinarse. Además, para mayor desangre, él se tuvo que hacer cargo de los niños con 19 y 26 años pues no querían vivir con su adúltera madre que, a su vez, en una operación de aliño, se ha declarado insolvente mientras ha puesto toda su fortuna a nombre del maromo, en parte, aquí en Spain, y en Bogotá, por otra, a nombre de ella en cuentas que no se han podido localizar pues el maromo de la adúltera es de armas tomar y ese ambiente, el del dinero oculto, lo conoce muy bien.
Mi médico, un extraordinario especialista en vísceras masculinas, me ha dicho que lo quieren jubilar de la Pública porque ya tiene 64 y pico, mientras que los médicos “viejos” se van a Dubái porque allí los quieren para que enseñen a los médicos jóvenes, a los cuales, también, se los están llevando a manadas. O sea, aquí, en Spain, mandamos a casa a la experiencia mientras otros la usan en su justo valor. Como diría el cura de mi barrio: Pura Madre.
¿Cómo está el patio, verdad?
enriquetarragófreixes
No puedo entender el drama de tu amigo. Debería hacerse cargo de sus hijos en vez de darse a las copas.
ResponderEliminarEn fin espero recupere un día la cordura, para que disfrute de sus hijos y de su nuevo vida.
Un abrazo Enrique, espero que estés bien.
Te sorprenderás, amiga Tania, a medida que te vayas haciendo mayor, de la cantidad de personal que hay para contar esas historias que son crueles, estúpidas, inexplicables, pero terriblemente ciertas.
EliminarUn abrazo incansable amiga
No puedo entender el drama de tu amigo. Debería hacerse cargo de sus hijos en vez de darse a las copas.
ResponderEliminarEn fin espero recupere un día la cordura, para que disfrute de sus hijos y de su nuevo vida.
Un abrazo Enrique, espero que estés bien.
Te sorprenderás, amiga Tania, a medida que te vayas haciendo mayor, de la cantidad de personal que hay para contar esas historias que son crueles, estúpidas, inexplicables, pero terriblemente ciertas.
EliminarUn abrazo incansable amiga