lunes, 14 de agosto de 2017

Un ángel cayó del cielo en forma de mujer


14 agosto 2017


Lo recuerdo como si fuera hoy mismo ...

- Estaba allí, caído, prácticamente sin vida, abandonado de todo el mundo, en la puerta de El Corte Inglés de Churruca, delante de él un cartel enorme con una frase lapidaria que le cubría todo el pecho: “Soy lo que habéis querido que sea, ¡¡ayudadme, coño!!”.

-  Llevaba un ratito mirándole, él era un chico de unos escasos treinta años, barba de varios días y pelo revuelto y sucio, como el seco estropajo del lavabo de una obra que lleva meses sin usarse. 

- Ojos azules y mirada en el infinito. Sin darme cuenta me fui acercando a él pero cuando estaba a casi un metro de su cartel una señora con cara de bondad infinita, delgada, muy delgada, se agachó delante de él y le preguntó; “¿Qué te pasa hijo?”. 

- Al principio el muchacho no reaccionó pero al poco estaban los dos inmersos en una tierna conversación de la que nada debe trascender salvo la extraña sensación que tuve de que los dos se conociesen de mucho tiempo. 

- Escuché las penas que el muchacho contó y los tremendos obstáculos con que se había encontrado desde que salió un buen día de la Politécnica de Alicante con su título de ITOP.

- La vida, y el mercado laboral, no le perdonaron sus excesos de juventud, alcohol, drogas e infidelidad que lo llevaron hasta el portalón de Churruca. 

- Tras unos veinte largos minutos la mujer estuvo animándole a salir de ese pozo y yo no pude por más que hacer lo mismo, mi reunión era a las 12 y eran aún las 11, tenía tiempo, me agaché también, la mujer me clavó su mirada con sus tiernos ojos azules en los míos y me preguntó; “¿Puede usted hacer algo por él?”

Aquél treintañero del 95 es hoy un veterano y ejemplar jefe de grupo de una, entonces amiga, importante empresa constructora, vive en Valencia, se volvió a casar, tiene dos hijos  y sé que le va muy bien. De vez en cuando me manda algún correo-e con fotografías de sus obras y de sus niños. Cuando me acuerdo de él, me acuerdo de la frase con que siempre termina las notas que me envía: “¿Has vuelto a ver a ese Ángel vestido de mujer que hizo que nos conociéramos, alguna otra vez?”.

No sé, a veces creo que la vida, su transcurrir, no es más que un cúmulo de sucesos y encuentros casuales o quizás NO, quién sabe.



6 comentarios:

  1. Buenos días. Cuan mucho se puede hacer con tan pocas palabras ... ¿Qué te pasa? Es cierto, hay ángeles por ahí que debieran dejarse caer más a menudo. Ya los hay, no todos los que debieran, pero sí los pocos que están...aunque no les pueda ver. Feliz semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias amiga Paz. Hay muchos ángeles merodeando a nuestro alrededor, sucede que a veces no solemos reconocerlos.
      Feliz lunes querida amiga

      Eliminar
  2. Pues no se que decirte Enrique, tengo la misma duda que tú, la vida nos pone obstáculos o somos nosotros los que nos lo ponemos?
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy muy convencido de ello, amigo Toni, sí, de una de tus dos conclusiones.
      Feliz lunes

      Eliminar
  3. Nosotros somos los que ponemos los abstáculos.....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces, amiga Mucha, es un cúmulo de malas casualidades o de una mala educación, no siempre solos nosotros los que ponemos los obstáculos, creo que nuestro mérito es saber saltarlos.
      Feliz miércoles poetisa de América

      Eliminar

Este blog comparte contenidos con otro de mis blogs a modo de copia de seguridad, el uno del otro, hasta el 24 de febrero de 2023

https://enriquetarragofreixes.wordpress.com/