Fotografía de Peter Hújar
16 septiembre 2017
Fruto de una mala noche fría de final de verano ...
Me dice mi confesora, que me estoy poniendo tonto con el asunto de los chavales de hoy y sus inexistentes objetivos, casi tanto como con el asunto de la insoportable vulgaridad del CR9. Pero hoy mismo he tenido una charla con un padre amigo que tiene un chaval de 17 al que no puede dominar, enseñar, ni controlar y después de una larga charla, descubro, que la veloz vida que vivimos, el spa, las cenas, con los amigos las comilonas de negocios, (ahora en los burguers), los incansables horarios laborales, los viajes, los desayunos en el ascensor ... todo eso ha conseguido que el niño, su niño, se haya convertido, casi siempre, en un inquilino molesto desde el mismo día en que nació. El resto, el monstruo que es hoy, lo ha hecho el entorno social y una mala política educativa que no ha ayudado a nadie durante décadas, lo cual, y entre todos, han provocado lo que tenemos. Situación que debiera tomarse muy en serio en una sensata y consensuada reparación por parte de todos, especialmente los que tienen el poder de hacerlo desde el Gobierno, unos y desde el voto, otros.
