El erotismo del poder y, ah, aún estoy vivo

Imagen: Tommy Ingberg

30 octubre 2017:  

Andaba por la calle Gerona, esmerándome en llegar en menos de 45 minutos a la Oficina de Hacienda en La Monyanyeta. Con mi vibrante y garboso paso y con los parones del “Holaquetal” que tienes que ir aguantando cuando sales por el Centro de Alicante, la mañana se me ha hecho corta. Resulta que las plazas de “minus” que hay justo allí, frente a Hacienda, están siempre ocupadas por coches que se les ha olvidado el distintivo de minus en casa, o algo así. No sirve de nada quejarse, los guardias me miran con cara del que mira a la rumana que yace, desplomada ella, frente a la máquina de cobro automático del Parking de Maissonnave que hay frente a la puerta del sótano de El Corty de Churruca.

Me para un expoderoso, muy valenciano él, del PP y me cuenta “de todo” y “de todos”, y acaba con aquello de:

“Vale, vale, tú di lo que quieras, Enrique, pero a mí que me quiten lo bailao”.

Era un tipo estupendo, le metieron en tres líos de esos de “la cosa urbanística y las recalificaciones”. En El País, tan imparciales ellos, se lo recordaron a tres páginas y después de cuatro años, al menos, nada le probaron pero nadie le ha restituido su maltrecho honor. Menos mal que lo veo bien, contento, feliz y con muchas ganas de hablar. Me aclara lo de la erótica del poder, y acabo muy confundido pues la cosa se estira hasta las reuniones en Locales de nombre italiano, en donde la erótica era ya más parecida a la cosa conocida. Con un, “me tienen que operar ahora mismo”, que no escucha, claro, salgo andando de lado y con dos cachetitos en la nuca me salgo y sigo.

Sigo avanzando por Gerona, frente al Mesón del jamón, o algo así, (qué almuerzos felices me pegaba yo allí con mi amigo Santos), encuentro al Director de Zona de un importante Banco de los de toda la vida. “Joder tío, creía que te estabas muriendo, eso me habían dicho”:

· Who?

· No hombre eso no se dice, aunque no me acuerdo muy bien quién me lo dijo, pero me lo ha dicho alguien muy conocido tuyo. Pero vaya, te veo muy bien.

Me dice que ya no está en el Banco y de si conozco a alguien que necesite a un tío tan interesante como él. Que no “exige mucho”, que a sus 58, él con 3000 al mes se conforma, total, ya está divorciado y él come poco, bebe mucho pero solo se desgasta con el sexo de los pobres. La verdad es que me ha picado la curiosidad saberlo, lo del sexo de los pobres, y claro, aunque me lo ha contado, no es traducible aquí. Otro día será.

Llego a Hacienda y me dicen que eso que hay ahí, que parece la cola del Bernabeu cuando faltan cinco minutos para empezar, pues que es la cola y … Gracias, gracias. Decido volver otro día.

Luego al Hospital por el asunto del control del EPOC y luego a Carrefour. Pero ahí, en el último hito, me ha sucedido lo más emocionante del día. Ha sido cuando me he encontrado con mi amiga Llanos, la reina de las fotos aéreas. Está guapísima y enamorada de su hombre como siempre. Su vitalidad juvenil y su forma de ser, tan gentil y tan animosa, me ha resucitado. El caso es que eso ha sido, por segunda vez en el día, casi real, pues me ha dicho que alguien le había dicho que me estaba muriendo y claro hemos acabado entre besos y piropos del que me apunto este que es el que más me ha gustado: “Vaya muerto más vivo” – Gracias Guapa.

 

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