martes, 23 de julio de 2019

Las tentaciones del demonio a los 70 ... y ocho días

23 julio 2019
– Tuve un mal sueño, mi vecino decidió matarme bien muerto por levantar mi persiana  las 08:30 horas de la madrugada, que es cuando ya me he duchado, desayunado y amado a mi niña del alma. Resulta que él, mi vecino, trabaja en Marvimundo y no abren hasta las 10. Claro que él, ellos dos, se acuestan a las doce y media de la noche, tras fuertes y dolorosas discusiones, y es entonces cuando se les ocurre bajar su larga persiana sin recato alguno y sin reparar a quien puedan molestar a quien coño duerma o deje de dormir a esa hora, como debe ser y donde el yo primero impera en esta adolescencia cuarentona de mis entretelas.
– Ay que me meo, me dice mi niña que he dicho a eso de las cinco de la madrugada, lo cual, para un prostático recalcitrante, tiene su mérito … aguanté seis horas, XD, creo que estoy en plena efervescencia de la recuperación juvenil – pensé, muy equivocadamente, dándome una pausa en el recreo de ese pensamiento, pues la prenda íntima, la mía,  andaba mas mojada que la camiseta de Nadal en la final del Roland Garrós.
– La niña de las frutas de verano anda luciendo escote tal cual fruta de playa en bolas, es decir, (como dice Antoine), para “manger sans enlever la peau”, y allí estábamos todos, sí, todos los chicos del PREU en pleno, habiendo renegado todos de modo miserable del rosario del día y de la Misa de las 10, pues ahora, la frutería, esa era la zona de culto del verano. Nada como la dieta mediterránea, nos dice el Párroco que llega al final de la fiesta para comprar dos melocotones y una pera, a saber para quien, mientras nos miraba con cara de … “¡¡¡Pecadores, hoy pagáis vosotros las birras!!! … y así fue.
– Más tarde, una aventurera del amor, una cuasi setentona de lujo, viuda de un Constructor de éxito de los 90, (que murió hace dos años de un infarto sexual a los 92), nos increpa que seamos tan aburridos y poco lanzados para no irnos todos juntos … y juntas … a bañarnos en bolas esta noche en la punta de los nudistas de El Cabo de Las Huertas. ¡¡¡Fotre!!! ahora entendí lo que es ser viudo o no serlo a los 70, guau, se apuntaron todos, todos menos yo, claro, que tengo mucho de que arrepentirme y que no estoy, afortunadamente, ni viudo, ni divorciado, ni separado … hay una edad para cada cosa – pensé –  y el amor único es para toda la vida a pesar de las tentaciones del demonio … ¿Verdad?

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