Fotografía de Ferdinando Scianna – Soledad
16 noviembre 2019
– Cada noche, varias veces, lucho contra no sé qué invisible cuerpo maligno que me persigue alocada y cruelmente, con arma letal en mano.
– Salto por los forjados de las obras en construcción, (siempre las mismas obras), huyendo del maligno bicho de forma salvaje, como si fuera yo un crío de veinte años.
– Una, dos y hasta tres veces huyo de él, pero justo cuando el horrible y maldito bicho, va a escribir mi final, un fuerte dolor en la zona prostática y en la muy maltratada vejiga, me salvan del sueño letal.
– Sudando, ojos de plato, pies en suelo y total oscuridad, voy a mi zona de recreo nocturno y relajo mi vejiga y mis tormentos.
– Pero esos tormentos se repiten cada noche a las dos, a las cinco y a las siete, tres malos sueños que consigo superar cada noche, con vida … de momento.
– Cuando lo cuento a mi gente más cercana descubro que ha sido una mala idea hacerlo: “El médico me mira con cara de hipocondríaco recalcitrante”; mi niña me dice que lo que estoy es muerto de miedo de que ese presagio se convierta en realidad”; y lo peor es que “mi amigo el cura-párroco de mis entretelas me dice, en su gran y oscura sabiduría, que esos sueños corresponderán, seguramente, a un acto impuro que algún día cometí y del que nunca me confesé … – es tu conciencia, Enrique, que no te perdona – me dice el servidor de Dios” sin que pueda relacionar lo que dice con lo que pienso.
– Finalmente, tras un buen rato de asiento en mi banco de sentarse frente al mar, llego a una conclusión que Aristóteles tenía razón cuando dijo aquello de …”La esperanza es el sueño del hombre despierto”
– Mejor despierto así puedo conversar, embaucar y flirtear, con la Esperanza.
Es lo último que se pierde... asíq ue a conversar, embaucar y flirtear con ella
ResponderEliminarAbrazos Enrique!
Abrazos Frodo, muchos.
EliminarLa Esperanza es una buena novia.
ResponderEliminarDices lo mismo, querida Tracy, que dice un buen amigo que así se llama su mujer, Esperanza.
EliminarUn abrazo muy fuerte.