Fotografía de Henri Cartier-Bresson
10 febrero 2020
- Encontrarse con Leandro a solas es exponerse a eso de convertirse en un frontón social, un saco colgante receptor de golpes de un boxeo o en un cura de los de las Parroquias antiguas donde aún se confesaba sin rechistar.
- Antes de que él llegue al kiosco, ya viene con la expresión fonética oculta y perversa de "hastaloshuevos".
- Lo vimos venir y ya sabemos de que pata de sus males cojea, pero hoy se pasó dieciocho estaciones. Parecía poseído por el diablo. Nos llevó hasta el Ateneo y allí empezó su discurso.
- Comenzó, como en él es habitual, con su clásico: "Estoy hasta los mismos huevos" y luego continuó, refiriéndose a sus conversaciones, más bien monólogos de amor eterno, con su querida Cloti:
- Qué si tomas la tostada demasiado quemada y eres un cabezón, sabes que si está muy tostada da cáncer y tu por tus cojones, ahí, cada día más tostada.
- Qué no subas tan deprisa las escaleras pues si te caes veremos quien te va a coger con lo que pesas.
- No compres más mierdas de esas de los platos precocinados que solo contienen asquerosas carnes y cultivos procesados. Puro veneno, sí, lo sabes, pero tú lo compras cada vez.
- No me compres mayonesas, ni salsas, también te lo digo, pero tí ni puñetero caso.
- Y la fruta, mira que te digo que lo compres todo pequeño, pues no, tú compras siempre bien grande todo ... ¿Qué vamos a hacer con esas fresas que parecen un huevo de avestruz de tan grandes que son?
- No me compres guarradas de tostas de maiz, de centeno o de arroz que no hay quien se lo coma, sí, ya sé que lo haces por mi, pero eso es verdadera basura y ahora mismo lo tiro.
- ¿ Y esa puta cerveza de Paulaner que hace ahí? ¿También la has comprado para mi?
- No entiendo Leandro como puedes dejar el suelo de la cocina tan sucio, lleno de agua y manchas de grasa por todas partes. Para una mierda de ensalada de tomate con aceitunas y atún que has hecho, mira la que has formado.
- Yo con mis dolores de muerte y tú en lugar de ayudar no haces más que darme más y más trabajo.
- Ponme un vermú de almejas y date prisa que ya son casi las dos y aún no henos comido. A saber donde has estado.
- Leandro siguió y siguió, contando sus conversaciones amorosas diarias con su Cloti, la única chica de su vida, sí, la que lleva con él cincuenta años, desde 1970 en que se casaron en la Almudena llenos de amor y verdad oculta, jurando proyectos de futuro, de familia y de amor eterno. Se quieren y aunque él no quiera reconocerlo, todo lo que nos cuenta no es más que fruto del amor eterno que ambos procesan de modo bidireccional, los dos son uno, su amor les hace fuertes, maduros y eternos, un amor indisoluble que como dice la canción es "la historia de un amor como no hay otro igual" ...
- Y mientras escribía esta crónica en su honor, (el de la pareja de singulares enamorados), la Loli, en tono cachondo y burlón, me dice: "Enrique ... ¿Estás seguro con lo que concluyes? ¿No te estarás pasando un poco? ...
- No contesté, claro, pero todo acabó cuando la Loli sacó tres botellas de sidra y dos bidones de aceitunas rellenas, y dijo: Os convido porque hoy es San Dionisio que es, justamente, el día en que murió mi adorado y golfo tercer marido. Y allí se formó la de San Quintín, en fin, cosas para no contar pues la dignidad, el honor y el secreto de confesión, está por encima de todo.
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