28 julio 2022
- Ayer mi querida oftalmóloga me dijo que, a pesar del tiempo de sequía que sufre todo el mundo, mi ojo izquierdo muestra una catarata imparable aunque operable y hoy, pensando en como resolver mi más inmediato problema (renovar el carnet de conducir) me dirigí a ver a mi admirada reina de la óptica que hay bajo mi ventana.
- La reina de la optometría me dijo ... te haremos una gafa nueva, pasas el examen y luego, en invierno, te operas.
- Esta noche tras la lectura de unos tres mil artículos (sin exagerar) que eso de las cataratas en lo ojos no es como cuando lo aprendí en mi infancia, entonces los viejos (en esos tiempos los viejos para mí solían serlo a partir de cuando cumplían los cincuenta) que debían someterse a esa operación, para ellos era todo un reto, es decir, una intervención quirúrgica de aliño que conllevaba un importante riesgo de que no saliera bien. Hoy, según he aprendido con todo lo que he leído esta noche (sin dormir), sé que es una intervención que se realiza mediante un poco invasivo láser y que con la ayuda de un succionador se finaliza en unos veintitrés minutos. Un día el ojo tapado y luego dos semanas o tres de interminables aplicaciones de distintos colirios en el pojo operado, pero al final del proceso quedas como nuevo, aunque eso, y para que negarlo, es lo que creo y leo. Ya os contaré después del año nuevo de como es la realidad.
- Bien, para no aburrir más a quien sea capaz de haber llegado hasta aquí, terminaré contando que al volver a casa me encontré con Tomás (un viejo excompañero de profesión) que no tenía buena cara y al preguntarle con el clásico e inicial "holaquetalcomoestás", se me puso a llorar y me dijo: "Enrique, quedé viudo hace un mes y aún no lo he superado. Se fue sin avisar...". Solté mi "Ferrari sin motor" y le di un gran abrazo que se hizo eterno, pues intuí que a él le daba vergüenza que nadie le viera así y a mi el alma se me llenó de razones para vivir mientras pensaba en lo estúpido que soy al estar preocupado por mi insignificante "catarata".
- Decía Franz Kafka cuando le preguntaban por su significado, que el significado de la vida es que se detiene. Nunca mejor contado.
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