Fotografía de Ben Zank
- El sueño parecía imposible, pero también imparable. Yo corría saltando charcos, brasas humeantes, pozos repletos de víboras malignas y hasta fui capaz de deslizarme como un velero por encima de un gran lago del que surgió un enorme dragón que con voz carraspeante sugería muertes indignas y horrendos calvarios repletos de múltiples cámaras del horror:
- "No escaparás, Enrique, nunca serás tan rápido como ella, jamás podrás luchar contra tu propio destino, no te empecines en perdurar por encima de los tiempos del nunca jamás, no, debes resignarte, nadie escapa de ella..."
- De pronto recordé que llevaba en mi cintura la espada que en otro sueño me regaló Masamume, la famosa Honjo Masamume, la desenvainé y de un certero golpe cercené su cabeza y el enorme y vociferante dragón cayó en la inmensa llanura del lago y en la inmensa profundidad de sus aguas, sin apenas forzar ruido alguno, desapareció de mi vista en un segundo. También desapareció la espada, también despareció el sueño al notar un enorme, prolongado y molesto estruendo, que supuso oír como mi querida vecina levantaba la persiana de su dormitorio como si se tratara de izar la bandera nacional, (toque de corneta incluido con la correspondiente letanía... "¡¡¡ Niñas, que ya son las siete !!!"), en una de esas inolvidables madrugadas en el Campamento de Castillejos donde me formé como brillante y joven Alférez de Complemento a la temprana edad de veinte añitos.
- Se acabó el sueño, se alzó la vida ... y mi vecina también, la cual, con un empeño y puntualidad teutónica, a su especial manera, nos lo quiso hacer saber.
- Ah, por si acaso no fuera que ... miré bajo la cama por si el dragón estaba allí y no, no había señal alguna de dragón, ni de espadas, ni de víboras venenosas, allí solo había un viejo ejemplar de la gran obra de Kafka, Metamorfosis que, a saber como había ido a parar ahí.
- (Quizás deba dejar de leer de noche antes de acostarme).
- Menos mal que pude despertar a tiempo, pero se me quedó algo que el sueño no me podrá arrebatar jamás, ir adquiriendo la sabiduría de un buen samurai, cual si fuera el mismo Yasuke en los sueños tormentosos.
Dale vida a tus sueños, aunque te llamen loco.
No los dejes que mueran de hastío, poco a poco.
No les rompas las alas, que son de fantasía,
y déjalos que vuelen contigo en compañía.
Mario Benedetti
Uno de nuestros mayores componentes son los sueños, dejarlos morir es mutilarnos. Ellos dan forma a nuestro equilibrio emocional, disipan la monotonía y suben la autoestima.
ResponderEliminarUn beso.
Es, tu comentario, como si lo hubieras leído de mi subconsciente, Ilduara.
EliminarBeso que devuelvo. Gracias.
¿Puedo leerte en algún lugar-e?
EliminarNo Enrique, mi pasión es la lectura más que la escritura.
EliminarMe encantan tus blogs.
Un beso.
Singular. Enhorabuena, Ilduara
EliminarJajaja, que gracia me ha hecho lo de tu vecina. Mira que sienta mal que hagan tanto ruido levantando la persiana. Un vecino joven que tengo en el piso de arriba, hace lo mismo, con lo cual si estoy dormida me da un buen susto, :))).
ResponderEliminarUn sueño bien movidito que desde luego activa la mente y lo demás.
Me gustó mucho leerte con ese punto de humor.
Un abrazo y buen fin de semana.
Gracias, Elda, me alegra saber que te gusta ese punto de humor. Eres muy amable.
EliminarUn abrazo.
A veces doy la luz y busco los monstruos... pero no los veo.
ResponderEliminarSe esconden la otra cara del sueño.
Saludos.
Jajajajaja, tienes que abrir la puerta y dejarlos pasar, TS, son muy vagos. Pruébalo y ya me contarás.
EliminarAbrazo, compañero.
Te felicito Enrique por pertenecer al maravilloso grupo de los soñadores. Nunca dejes de permitirte estar en otra realidad porque ayuda a tolerar el presente.
ResponderEliminarAbrazos querido Enrique
Gracias, Tatiana, la realidad es, a veces, tan aburrida que ...
EliminarSiempre soñé, el día que no pueda hacerlo, me habré ido de este mundo.
Gracias, eres muy amable.
Feliz sábado.
Lo primero a decir es que me ha hecho mucha gracia el cuento de tu vecina levantando la persiana. Jaaa me río de nuevo mientras comento.
ResponderEliminarClaro que no me haría gracia si a mi me despertaran de esa manera, así que disculpa amigo por mi risa franca.
¡Vaya sueño en el que has estado!
A mi me pasa que casi nunca recuerdo lo que sueño y las pocas veces que puedo hacerlo siempre en ellos me sucede los mismo: voy corriendo por distintos laberintos, saltando paredones , "escapando" quién sabe de qué pero en verdad no son sueños que me atemoricen ni mucho menos, más bien son como sueños de aventuras.
En fin, me gustaría poder recordar más.
Abrazo y buen finde Enrique
Comparto tu deseo, dulce Lu, a mi me gustaría recordar mucho más de lo que recuerdo, no es fácil, pero he aprendido a hacerlo. Es un ejercicio de concentración. Si te despiertan, es más fácil, te serenas y piensas de inmediato para memorizar lo que todavía está reciente y acudir a un papel y tomar cuatro notas. Funciona, doy fe de ello.
EliminarFelices sueños, cuando toque, dulce Lu.
Ay¡ si sueños, Enrique, a dónde el aprendizaje y la sabiduría personal. No son tan extraños; Son conductuales. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarAsí es, son conductuales, amigo Carlos... de las conductas que se pueden contar, claro.
EliminarFeliz sábado.
A veces los monstruos aparecen..
ResponderEliminarmenos mal que solo fue un sueño, sera que leiste esa noche lametamosrfosis. Un abrazo y bonitos sueños!!
SÍ, YO TAMBIÉN LO CREO, HANNA, METAMORFOSIS ES UNA OBRA QUE ME GUSTA LEERLA DE VEZ EN CUANDO, PERO LUEGO ... YA VES.
EliminarUN ABRAZO PARA UN FELIZ MARTES.