domingo, 30 de julio de 2023

El salmo 118, la castidad y el dadaísmo





30 julio 2023

- Sigo recordando la tertulia del viernes la "nuit" y un, ya, viejo, aunque joven cirujano, también amigo, que ejerce en una clínica privada por las tardes a la vez que ejerce en el Hospital de la Seguridad Social por las mañanas, me explicaba que no podemos quejarnos:

sabías, Enrique, que, en Canadá, si, ese País maravilloso y avanzado, hasta hace muy poco solo tenían Sanidad pública, es decir, no tenían sanidad privada, mejor dicho, si ejercías la Privada, podías hacerlo, pero no podías cobrar, estaba prohibido por Ley. Las listas de espera eran y son peores que las de aquí y no se mueren, aunque, eso sí, la gente más pudiente se iba y se va a EEUU a operarse de lo que sea. En Canadá la sanidad pública y gratuita está reservada a los ciudadanos que residen legalmente en el Pais y que cumplan determinados criterios relacionados con su situación laboral y de residencia. Por tanto, ni los turistas, ni los inmigrantes irregulares, ni los residentes con permiso de trabajo, pero sin derecho aún a acudir a la sanidad pública de Canadá, tienen derecho a la misma.
Actualmente, en Canadá el 70% del gasto de salud es público y subsidiado, y el otro 30% es privado. Esta parte privada corresponde tanto a los seguros médicos como a la parte que sale directamente del bolsillo de los usuarios. 

- Aún estaba perjudicado con lo del Canadá, pero después de tal noticia he tenido que irme a mi Misa esta madrugada a sentarme en un banco, con la mirada puesta en el Altar y en la viuda de aquel famoso banquero murciano, y todo eso sin mediar palabra alguna con nadie durante dos cortas horas. ¿Seguiré dormido o durmiendo o todo lo contrario? 

– Seguiré observando el altar y de reojo los rezos de mi querida Paulina, la joven viuda de virtuosa imagen y, de, aún mejor, culta, adorable e inteligente, conversación, aunque nadie le preste atención alguna a lo que cuenta y, especialmente cuando nos lee, desde los peldaños de subida al altar, el salmo 118,67 que habla, al parecer, sobre la gracia de cultivar la castidad.

- Mientras la Paulina, perdón, Doña Paulina, leía sus santidades perversas, me he acordado de esa frase que, en un tiempo muy lejano, dijo alguien muy sabio: "La multitud obedece más a la necesidad que a la razón, y a los castigos más que a la dignidad y las normas".

- Y yo en eso estoy, evitando la razón ... solo queda creer, lo cual y a mi edad puede resultar interesante intentando evitar las falencias y abrazando el dadaísmo moderno.

@etarragó


Cinco de mis mejores refugios


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8 comentarios:

  1. La sanidad española es ejemplar. Un beso

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  2. Sanidad, castidad, pecado y distracción, nadie atiende a razones cuando el envoltorio seduce.

    En tocando a la sanidad todos debemos ser iguales y ayudar al enfermo como buenos samaritanos y anteponiendo el ser humano a la economía. Educación y sanidad son pilares básicos de la sociedad. No podemos buscar en ellos rentabilidad económica.

    Hoy la castidad ya no es un valor al alza como hace unos años, la lealtad tampoco y en cuanto a la virginidad la Celestina era una famosa reponedora de virgos, algo pasaba ya por aquel entonces.

    Un casto beso.

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    1. Magnífica reflexión, Ilduara, voy a estar de acuerdo contigo con lo que expomnes, tanto o más que la magnífica retórica que utilizas para hacerlo.
      Admirable.
      Un abrazo de lunes.

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  3. Mientras la salud sea un negocio a nadie le importa si sufren o no las personas. Te mando un beso.

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  4. Por mucho que evitemos la razón, nunca dejamos de razonar. De la misma forma que por mucho que intentemos dirigir nuestros sentimientos, ellos viven su vida y crean nuestros impulsos y necesidades. Que, por cierto, la razón solo puede matizar.

    Pero boicotear las tendencias mayoritarias cuando no están debidamente fundadas o cuando son el fruto de un seguidismo alienante, eso sí que me gusta. Incluídas las corrientes contraculturales que terminan siendo moda y se convierten en tendencias mayoritarias. Porque, al final, lo que nos gusta, en general, a la humanidad es el postureo, la imagen fingida, la popularidad barata y los movimientos de manada.

    Al final, todo lo que es mayoritariamente seguido se institucionaliza, se dogmatiza y se echa en manos de la intoleración a la diversidad. Por eso vivimos en un mundo de rigideces, dogmas e intrasigencia, donde predomina la razón de la sinrazón. Sea en Canadá con el sistema sanitario, o una religión con la sexualidad.

    Dadaismo? Sí, pero sin perder la esencia... la de boicotear la razón dominante y acrítica.

    Gracias, Enrique, por ayudarnos a que nos estrujemos los sesos con esa espcialmente acertada elección de temas.

    Y un enorme abrazo, querido amigo!!!

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    1. Eres un encanto, Emilio, siempre oportuno, siempre amable ... gracias.
      Me quedaré hoy con este corte extraído de tu reflexión: "lo que nos gusta, en general, a la humanidad es el postureo, la imagen fingida, la popularidad barata y los movimientos de manada."
      Un abrazo muy fuerte, poeta enamorado.

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