“Y me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia, o con alguna de las criaturas que transmiten mi libros, por favor créanselos. Créanselos porque me las he inventado”. (Final del discurso de Ana María Matute al recibir el Premio Cervantes 2010)
Muchas veces acompañaba a mi abuela a lavar al río. Acababa empapándome, entonces ella suspendía la faena y me llevaba a casa para cambiarme y no pillase un pulmonía. Ni te imaginas cuánto la echo de menos, murió en el 2009 con 99 años. Aún está.
Hay tantas cosas que contar que es imposible contarlas todas, querido Enrique. Así que tenemos que ser prácticos (no pragmáticos, terrible palabra!!!)
Yo creo en dos cosas: La primera es utilizar la estrategia de dejar que las cosas salgan solas. En general, hay personas con las que todo lo que se hace y se dice sale solo. Hay algunas personas con las que es tanto el entusiasmo en contarse las cosas que parece haber una competitición en dos líneas: la de ver quien habla más y la de ver quien habla más rápido. La verdad es que es una locura, pero a mi me encanta cuando doy con personas así, normalmente jóvenes. Es fascinante... Pero hay personas que no hay conexión, y ni siquiera se encuentran temas de los que hablar. Mejor aceptarlo y no coincidir.
Lo segundo es un indicador que no es digital, sino analógico, y que se encuentra en la cara del niño o del joven: el gesto que ponen. Si ponen cara de satisfacción, su curiosidad estará satisfecha. Pero si ponen cara de no entender o de sentir mucha expectación, eso es que requieren un complemento de información. Y dárselo es puro placer...
Lo que no sale natural, no tiene importancia, y no cuenta. Tranquilidad total. Esta es mi posición. Eso sí: a las personas que he enseñado y educado, sea el lugar que sea, siempre las he animado a preguntar, conocer, reflexionar y experimentar. Y verlos "currárselo" es una gozada.
Un enorme abrazo, querido amigo!!! Y disculpa si me he extendido demasiado --lo cual es un síntoma... ;))--
Nunca te extiendes demasiado, querido amigo Emilio. Me ha encantado tu comentario y te diré que me voy a quedar con este párrafo: "Lo que no sale natural, no tiene importancia, y no cuenta. Tranquilidad total. Esta es mi posición. Eso sí: a las personas que he enseñado y educado, sea el lugar que sea, siempre las he animado a preguntar, conocer, reflexionar y experimentar. Y verlos "currárselo" es una gozada." Enhorabuena por esa gran definición, poeta enamorado. Feliz noche.
Creo que la inmensa mayoria de los jovenes no tiene el mas minimo interes en esas cosas... Sería como pretender enseñarles los jeroglíficos egipcios.... Les suena a algo lejano, como la Guerra de Troya Un abrazo
Quiero suponer que te refieres a los jóvenes de hoy, Ildefonso, en nuestro y en mi caso, al menos, me interesó siempre lo que me contaban los mayores, claro que nuestros mayores fueron gente muy especial pues su vida no fue un regalo, precisamente. Un fuerte abrazo, maestro de la fotografía.
Hola Enrique! Tu foto me trae grandes recuerdos de mi pueblo en el cual había dos lavaderos públicos, hay río pero no se podia lavar en el, ya que es de agua salada.
Muchas veces acompañaba a mi abuela a lavar al río. Acababa empapándome, entonces ella suspendía la faena y me llevaba a casa para cambiarme y no pillase un pulmonía. Ni te imaginas cuánto la echo de menos, murió en el 2009 con 99 años. Aún está.
ResponderEliminarUn beso.
Ay, Ilduara, esas fotografías nos traen recuerdos de algo imborrable y que, quizás, ya no se repitan nunca más.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hay tantas cosas que contar que es imposible contarlas todas, querido Enrique. Así que tenemos que ser prácticos (no pragmáticos, terrible palabra!!!)
ResponderEliminarYo creo en dos cosas: La primera es utilizar la estrategia de dejar que las cosas salgan solas. En general, hay personas con las que todo lo que se hace y se dice sale solo. Hay algunas personas con las que es tanto el entusiasmo en contarse las cosas que parece haber una competitición en dos líneas: la de ver quien habla más y la de ver quien habla más rápido. La verdad es que es una locura, pero a mi me encanta cuando doy con personas así, normalmente jóvenes. Es fascinante... Pero hay personas que no hay conexión, y ni siquiera se encuentran temas de los que hablar. Mejor aceptarlo y no coincidir.
Lo segundo es un indicador que no es digital, sino analógico, y que se encuentra en la cara del niño o del joven: el gesto que ponen. Si ponen cara de satisfacción, su curiosidad estará satisfecha. Pero si ponen cara de no entender o de sentir mucha expectación, eso es que requieren un complemento de información. Y dárselo es puro placer...
Lo que no sale natural, no tiene importancia, y no cuenta. Tranquilidad total. Esta es mi posición. Eso sí: a las personas que he enseñado y educado, sea el lugar que sea, siempre las he animado a preguntar, conocer, reflexionar y experimentar. Y verlos "currárselo" es una gozada.
Un enorme abrazo, querido amigo!!! Y disculpa si me he extendido demasiado --lo cual es un síntoma... ;))--
Nunca te extiendes demasiado, querido amigo Emilio.
EliminarMe ha encantado tu comentario y te diré que me voy a quedar con este párrafo:
"Lo que no sale natural, no tiene importancia, y no cuenta. Tranquilidad total. Esta es mi posición. Eso sí: a las personas que he enseñado y educado, sea el lugar que sea, siempre las he animado a preguntar, conocer, reflexionar y experimentar. Y verlos "currárselo" es una gozada."
Enhorabuena por esa gran definición, poeta enamorado.
Feliz noche.
Y a nosotros preguntarles a ellos.
ResponderEliminarEn su tiempo lo hice, mi abuelo Enrique era único e inigualable, Tracy.
EliminarMe hiciste acuerdo de mi abuelas. Te mando un beso.
ResponderEliminarY yo que me alegro de ello, Judit.
EliminarUn abrazo, escritora.
Creo que la inmensa mayoria de los jovenes no tiene el mas minimo interes en esas cosas... Sería como pretender enseñarles los jeroglíficos egipcios.... Les suena a algo lejano, como la Guerra de Troya
ResponderEliminarUn abrazo
Quiero suponer que te refieres a los jóvenes de hoy, Ildefonso, en nuestro y en mi caso, al menos, me interesó siempre lo que me contaban los mayores, claro que nuestros mayores fueron gente muy especial pues su vida no fue un regalo, precisamente.
EliminarUn fuerte abrazo, maestro de la fotografía.
Hola Enrique! Tu foto me trae grandes recuerdos de mi pueblo en el cual había dos lavaderos públicos, hay río pero no se podia lavar en el, ya que es de agua salada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me alegra saberlo, Conchi. Di el pasado fue feliz, nada como recordarlo siempre que se pueda.
EliminarUn abrazo.
Las acequias para lavar la ropa cerca de la casa. ES una foto memorial, Enrique. Saludos, Carlos
ResponderEliminarLo es, amigo Carlos Augusto.
EliminarFuerte abrazo