10 abril 2024
- Aconsejaba Isabel Allende a quien quisiera escucharla que debiéramos escribir siempre sobre todo aquello que no debe ser olvidado y la verdad es que siendo un gran consejo descubro que existen algunos y entre ellos me incluyo, a los que parece que lo que no quieren olvidar es toda una vida.
- Con esta broma madrugadora (o muy parecida), me recibió hoy mi cura favorito cuando fui a verlo. Me preguntó: "¿Qué vienes a pedirme, Enrique? tu nunca vienes "por nada".
- Llevaba yo una bolsa de Carrefour con una botella de vino (Protos 2020), la cual puse sobre la mesa y le pregunté: ¿Tiro la bolsa o la quieres para rellenarla con las pastas caseras de Doña Gertrudis? - Se rio y con ello vi que el objetivo se ponía a tiro.
- Bueno, Enrique, cuéntame a qué has venido.
- Verás, hombre de Dios (nunca mejor dicho), te cuento que ya no puedo ir a Misa y encima me van a quitar la de los domingos en la 2 de TVE, no puedo ir a la Romería de mañana pues apenas puedo andar y no es lugar para ir con el andador y mucho menos durante seis kilómetros o más ...
- Se hizo un silencio ya que el Párroco descorchó (ante mi grata sorpresa), la botella, sacó dos copas de oro de la vitrina y las llenó hasta la mitad del líquido cuasi celestial.
- ... prosigue, Enrique, me dijo, a la vez que chocábamos las copas y de un largo "churris" las vaciamos.
- Proseguí mi discurso victimista, él siguió escuchándome, apareció Doña Gertrudis con sus pastas del día, y, a modo de resumen, diré que le propuse que intercediera por mi para una recuperación milagrosa de todos mis males ante el Todopoderoso.
- La respuesta fue ... "creo que el vino y las pastas es toda la curación que hoy te puedo prometer, Enrique".
- Nos reímos, nos abrazamos, prometí volver pronto y al pasar por el Cristo Negro que hay junto a la entrada nos paramos y ... nos dimos un último fuerte abrazo, tan apretado que noté como el cuello y mi mejilla se humedecían con sus tímidas e incipientes lágrimas.
- "No llores, Enrique, no te quejes, vives de PM y tienes una legión de familia numerosa que te quiere ... no te quejes, no debes". Esas fueron sus últimas palabras de despedida de una mañana gloriosa y cuasi celestial.
Enrique, conmovedor relato, para seguir me ofreces una copita de ese vino celestial y brindemos por la vida y por los seres queridos que hacen de nuestras vidas un paraíso en la tierra, estamos de paso y de algo estoy segura que dejaras huellas profundas en todos los que te conocen, porque eres buena gente y así se te quiere.
ResponderEliminarMe olvidaba, con la copita de ese vino celestial me gustaría probar las pastas de Doña Gertrudis.
Enrique querido, tienes mucho para dar todavía, NO TE QUEJES AMIGO MIO
Cariños y besos
Gracias, SdP, es cierto, no debo quejarme de nada, he tenido una vida muy activa y he sido feliz, igual que ahora también lo soy. Nada más se debería poder pedir.
EliminarUn fuerte abrazo, simpática amiga.
Quédate si quieres. Te lo has ganado. Un beso
ResponderEliminarJajajaja, estoy escribiendo una larga carta de amor quejándome, Susana.
EliminarQuéjate
ResponderEliminarAllá voy.
EliminarEnrique! ¿Algo más glorioso que unas buenas pastas y una copita de vino?
ResponderEliminarSíiiii!! El vino, las pastas y...¡amigos y amigas para compartir! o ¡lo mismo en la mesa familiar!
Abrazo ¡buen jueves!
Gracias, dulce Lu, doy fe de lo que dices, no hay nada mejor.
EliminarUn fuerte abrazo.
Pues eso, que no te quejes, que la cosa puede ser peor.
ResponderEliminarCallado como una puerta, Tracy, "nadená"
EliminarEstar rodeado de quien amas y poder despedirte de quien amas y tenerlo en tu recuerdo es un regalo. Te mando un beso.
ResponderEliminarUn gran regalo, Judit, eso es.
EliminarUn abrazo muy fuerte, escritora.
Ay, no nos queda mas remedio que adaptarnos, lo mejor posible, a todo lo que la vida nos va dando y quitando...
ResponderEliminarBrindemos con una copa de ese rico vino, amigo.
Un abrazo
Con una y hasta con dos, querido amigo Ildefonso., la vida es corta.
EliminarUn fuerte abrazo, maestro de la fotografía.
Razón tiene mi compatriota, con los años vamos olvidando y, es bueno escribir para después releer y recordar hermosas vivencias.
ResponderEliminarReferente a la copita de un buen vino con pastas ¡qué decir! y, si más encima estás rodeado de tu bella familia. Es el cielo en la tierra.
Un gran abrazo mi estimado Enrique.
Ay, Tatiana, hay tantas cosas buenas para disfrutar en la vida que se me hace muy corto el camino. No puedo entender como hay gente que dice aburrirse mucho.
EliminarUn abrazo, poetisa.
Querido amigo, nada de estar quejándose, estas rodeado de amor, cariño, así que brindemos por el amor y los amigos, me imagino que vas a compartir ese vino?.
ResponderEliminarEnrique eres un ser admirable
.Abrazos y te dejo un beso
Gracias, Liz, la vida es bella y mi suerte es que aunque me gusta recordar tiempos pasados, sólo me acuerdo de los buenos, los malos como dice la canción ... "pafuera".
EliminarUn abrazo, simpática amiga Liz.
Penas con buen vino y pastas son medias penas.
ResponderEliminarUn beso.
Es lo mejor, Ilduara, no sé si todos los días, pero el mayor número de veces posible y con permiso de la autoridad, siempre.
EliminarUn fuerte abrazo.
Si esa mañana fue satisfactoria para ti, ¡chapeau!
ResponderEliminarAbrazos Enrique.
Sabes una cosa, querido Ernesto, no solo lo fue, ya no recuerdo el último día que no fue así.
EliminarUn abrazo, amigo.
Sí, dale un fuerte abrazo a nuestro común amigo. El clérigo...
EliminarEl "Protos" ya lo pongo yo.
Por pastas no quedará la cosa. Veo que sobraron 4 bolsas...
No que realizase la multiplicación de los panes como su "jefe" años ha... jajajjajajjaja...
Otro para ti amigo Enrique.
Jajajajaja, siempre ahí, querido Ernesto. Feliz lunes.
EliminarLa vida nos da espacio para conmovernos. La ocasión no falta. Que bien escribes
ResponderEliminarUn abrazo
Carlos
Gracias, Carlos Augusto, acabo de sonrojarme con tu halago. Eres muy amable, gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Encantadora historia y muy bien contada.
ResponderEliminarMe gusta como escribes.
Me gusta leer vuestros Blogs.
Gracias por compartirlo.
Saludos.
Gracias a ti, Grace, sin tu (vuestra), presencia el mundo virtual sería muy aburrido
EliminarUn abrazo.