lunes, 15 de abril de 2024

Ir al médico a cierta edad

 

Imagen: Irving Penn


15 abril 2024

- Hoy tocaba ir al médico, asuntos de rutina, es decir ... ¿qué quieres que te diga, Enrique? y así desde el 2007...

- Deberías adelgazar 6 ó 7 kg

- Ese hígado graso deberías cuidarlo, el Gamma GT hay que bajarlo cuanto antes

- Nada de alcohol, ni embutidos, ni dulces, ni salazones.

- etc

 

- Ir al médico tiene su aquél, veréis, tenía un amigo y compañero del último equipo profesional (que también se fue temprano hacia el bar de la curva subiendo al purgatorio), que siempre contaba el mismo chiste sobre su visita al médico: 

"El médico le iba preguntando sobre si fumaba, si bebía, si tomaba comidas grasientas y él iba diciendo que no, no y no, pero al final el médico le preguntaba ... ¿pero a usted que es lo que le gusta? y mi amigo le dijo ... una tortilla a la francesa de dos huevos para desayunar con una pequeña tostada de pan integral. El médico se puso a gritarle de golpe diciéndole: ¡¡¡Pues eso es lo que tiene que dejar!!!"

- Pues esa es la impresión que tengo yo cuando voy al médico, es decir, lo que seguro me sienta mal es, precisamente la tostada de pan de maíz, el café muy negro y con mucho azúcar de la madrugada, la Paulaner de los miércoles, el Bacardi/Cola de los viernes "la nuit", la media barra de chocolate negro al 85% de cacao de los domingos, todo eso, como a mi nunca olvidado amigo del equipo profesional, eso es lo que debo dejar ¿verdad?

- Le cuento esto a mi amigo Juan y él, poniéndome la mano sobre el hombro me ha recordado una vieja frase de Camus: "Ellos mandan hoy, porque tú obedeces" ... tras unos segundos de silencio absoluto, nos hemos vuelto tipo "face to face", y nos ha entrado una risa tonta de la que nos hemos podido librar, tan solo, cuando he oído una voz desde la calle que decía: Enrique, sal pronto, te están multando... vaya p. día, marrón tras marrón - pensé - y salí corriendo.


@etarragó


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18 comentarios:

  1. A los médicos no hay que hacerles demasiado caso. Un beso

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    1. Yo los escucho con atención, Susana.
      Dicen saber de salud.
      Feliz tarde de cuasi verano

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  2. Pobre hombre!, no tenía nada que dejar.

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    1. Es que los médicos son, eso que se dice de ellos pero que en lenguaje vulgar se entiende bien: Son unos tocapelotas.

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  3. Uy a mi tampoco me gusta ir al medico. Te mando un beso.

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    1. A mi me gusta ir hasta que empiezan a marcarme con limitaciones y ahora estoy en esa fase, Judit. Se pasan conmigo.
      Un abrazo, superescritora.

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  4. No podría negarse, amigo Enrique, humor y saber estar ante, las recomendaciones médicas, el chiste de la tortilla y, los avatares de la vida, versus agente municipal cumpliendo obligaciones... :))))))

    Es cierto que a ciertas edades es conveniente privarse de ciertos alimentos que, cabe pensar, el cuerpo ya no procesa como antes.

    ¡Quién esté libre tire la primera piedra!

    Y también es cierto que todo tiene su límite. Seguir las recomendaciones médicas es fundamental. Pero saltarse alguna es vital.

    Vital para el día a día de cada uno. Que no todo es, no debiera ser, "restricciones".

    ¡Aquí no quedará nadie! Permanecer a la espera metidos en formol como en conserva... ¡va a ser que no!

    Texto real, asumido, algo cargado de cierta ironía, desenfado y... "tras en conserva...", una sonora carcajada!!

    Fuerte abrazo Enrique.

    PD: También yo ahora he hablado con los servicios médicos por teléfono debido a cierto "despiste" habido en una cita para un TAC previsto.
    En medicina, sus servicios, afirmo, ¡estamos en las mejores manos!

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    1. Ahora que nos oye ni ve nadie, amigo Ernesto, estoy de acuerdo contigo en esa última línea de tu comentario.
      Un fuerte abrazo.

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  5. A los médicos hay que prestarles la justa atención, querido Enrique. Conozco el caso de un ben hombre, labrador él, que conocí en mi juventud. Uno de estos héroes anónimos curtido en el trabajo del campo que fumaba un tabaco que ni siquiera tenía filtro. Con eso de que tenía que utilizar las manos para su labor y de que fumaba "como un carretero", le encontrabas siempre con el cigarrillo entre los labios. Tantas veces que se le apagaba, tantas otras que lo volvía a encender.

    El caso es que tuvo muchos problemas con su dentadura, pero murió más allá de los 90 años y no de cáncer de pulmón. En fin, que uno se pregunta que eso de cuidarse, "pa qué"?

    Y yo creo que claro que tenemos que cuidarnos!!! Pero también de los médicos, que hay que adivinar cuando saben de lo que nos pasa, y cuando no... En estos casos, van dando “palos de ciego” que, en ocasiones, tiene peores consecuencias que pasar la enfermedad. Así pienso yo... Y así te lo recomiendo.

    Qué no haya muchos días como ese que cuentas!!!

    Y un enorme abrazo siempre, querido y generoso amigo!!!

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    1. Gracias, amigo Emilio, eso de ir al médico es, siempre, una aventura y, verás, hasta tiene su gracia. Hay un viejo meme el cual guardo como oro en paño, en el que se ve a dos amigos andando, uno junto al otro, y el primero le dice al segundo:
      - he ido al médico
      Y el segundo le dice al primero:
      - y ¿qué te ha dicho?
      Y el primero le dice al segundo:
      - Me ha dicho ... ¡¡¡huye!!!
      Ya ves, no debemos tomarnos en serio lo que ya casi no nos importa, que es lo mismo que le pñasa a la gente de hoy con la guerra de Ucrania, por ejemplo, que están más preocupados por el rebujito o por si el Madrid pasa esta noche la eliminatoria. Ah, se me olvidaba: Si le preguntas aun menor de 20 años sobre la guerra te puede contestar con una pregunta tal como ... ¿qué guerra?
      Te haré caso, procuraré cuidarme d elos médicos, el problema es que ellos me acosan.
      Un fuerte abrazo, poeta enamorado y, ah, yo estoy bien, es decir, estoy feliz.

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  6. Jajaja, Enrique, como me he reído...
    Eres genial, con ese puntito de ironía que me atrapa.
    Cuando se tiene una edad, hay que cuidar cuatro cosas elementales, pero de vez en cuando ser rebelde y saltarse lo prohibido, tiene su encanto.
    No hay que perder la rebeldía juvenil.
    Abrazos.

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    1. Tú lo has dicho, Maripaz, reírse de uno mismo y de casi todo lo que le importa al resto del mundo, es un deporte para la gente de mi edad. Hoy cayó en mis manos ujna revista del corazón y me di cuenta de que debía estar muerto, no conocía a nadie de los que allí salen y mucho menos de lo que escriben ahí. Pensé que este mundo ya no es mi mundo.
      Un abrazo.

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  7. Enrique querido amigo, yo todos los años me hago un chequeo pero siempre consulto con otros médicos, no me quedo con uno a no ser mi medico de cabecera.
    Querido amigo hace le caso a tus médicos y cuídate mucho.
    Te diste cuenta que a medida que vamos creciendo nos volvemos niños, vamos a terminar comiendo solo puré y calditos jajaja
    Todo bien pero que no me saquen el chocolate!!!
    Abrazos y besos mi querido Enrique, que tengas un bonito día

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    1. Gracias, simpática Liz, yo me hago (me hacen de modo obligado), un par de chequeos al año, pero estoy contigo: "El chocolate no se toca de la dieta".
      Feliz miércoles, es decir, faltan dos para que sea viernes.

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  8. Soy respetuosa, escucho a los médicos con atención. Restrinjo el café, no lo dejo, firmar un cheque en blanco a un médico es morir totalmente envuelta en tristeza.

    Un beso.

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    1. Ay, querida Ilduara, con que poco que bien lo has descrito, gracias mil.
      Un fuerte abrazo.

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  9. Hola Enrique. Creo que todo en su justa medida. Es decir...¡Ni muy muy ni tan tan!
    Soy de las "discutidoras" con los docs. ¡Y me aguantan y se divierten cuando voy a mis controles!
    Con decirte que uno de ellos me dijo un día " La verdad Lucía, no sé para que venís si después hacés lo que querés" Me lo dijo con onda, es mi doc desde hace años, casi te diría hay algo de amistad a esta altura.
    Creo que privarse de todo es como privarse de vivir por lo tanto no creo que sea bueno. Y cometer excesos es como arrojarse al abismo, lo cual tampoco es bueno.
    Abrazo
    ¡buen jueves!

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    1. Qué bien lo has definido, dulce Lu, eso es lo que yo reclamo para mí, pero no hay manera, vivo enclaustrado dietéticamente y encarcelado en parte dentro de mi cuerpo.
      Un fuerte abrazo, chica de La bella Tierra del Fuego.

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