Inaugurando el nuevo “Ros” del Vissum en 2004
Alfredo Ros: Recordando a un inolvidable Restaurador y a un Gran Amigo
Corría el verano del 2005 en la casa de El Rebolledo de sus amores, era el 21 de agosto. La familia al completo agasajando a sus amigos los catalanes de siempre, Benito, Balasch, Fran, Carlos y Enrique. Él, envuelto en su herida de muerte, disfrutaba con vernos y vernos felices a todos. Apenas podía moverse de la silla, pero quiso que estuviéramos con él. Cada año, ese día, era un día especial. Él era así, altruista, generoso hasta la sangre, un enorme Restaurador y, por encima de todo, una gran persona. Veintitrés días después, el trece de septiembre, se nos fue. Hace ahora ya tres años. Con él se fue una gran parte de la historia de Alicante que, a veces, tanto nos cuesta recordar. Su generosidad se impuso siempre a su razón. El Negocio, la Familia, los Amigos y su Hércules, no sé muy bien por qué orden, pero esos eran sus desvaríos. En nuestra andadura nos parece imposible que ya no esté, no nos acostumbramos, pero su ejemplo y su buen hacer nos ha dejado enormemente ricos en recuerdos.
Si en el fútbol hubiera agradecidos, en el Estadio donde juega el Hércules debiera existir una Grada pintada con tu nombre. Nosotros, los que tuvimos la suerte de compartir contigo algunos de tus desvaríos, no te olvidamos nunca.
Igual que alguno de mis amigos sé que está esperándonos en el bar de la primera curva que hay subiendo al cielo. Ya vamos amigo, espéranos un poco más.
Va por ti Alfredo
Alfredo se nos fue el 13 de septiembre de 2005.
27 junio 2003 – La jubilación
