Enrique, Pepito y Vicente – Los dos de enfrente nunca salen bien
Ayer pregonaba que no entiendo como puedes mandarle un correo o una nota-e a algún amigo y éste no diga o digan, ni MÚ, por contra hoy diré que cuesta entender, para lo que es costumbre en estas queridas tierras moriscas alicantinas, que con los amigos de la comitulia de ayer, tras 23 años y haciéndolo cada quince días, nunca ninguno ha faltado, ni ha habido que recordarle la cita para que acuda. Tras una semana de roedores intestinales y males prostáticos de pelotas, nunca mejor dicho, ayer el día se ofreció en bolas y se lo agradecí, si, me hacía falta. Ah, de la conferencia de la noche, ni os cuento, bueno, no sé, igual si lo hago, pero fue genial, como nunca.
Besos a todos/as y cuidad de vuestros amigos, como de vosotros mismos, mañana puede ser tarde, yo, al menos, lo intento con toda el alma y ya se sabe: El que tiene un amigo, tiene un tesoro y si tienes muchos.
Es una maravilla amigo, hay que ver lo que llenan esos momentos. Yo ayer acabe hinchado de felicidad y de lo otro.
ResponderEliminarSi, amigo Antonio, creo que a ti no tengo que convencerte de nada. Un abrazo muy fuerte.
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