28 agosto 2014
Creo que ya lo he contado alguna otra vez, pero me sucede lo mismo que la vieja que se confiesa y le dice al cura que se acusa de ser soberbia, a lo que el cura, corrió la cortina, la miró y le dijo: “Señora, usted ya no tiene edad de decir eso” y la vieja, que es como me siento, le dijo; “Si, lo sé, pero es que me gusta recordarlo”. Pues bien, decía que ya lo había contado alguna otra vez y me refería a este cuento que, según me dijeron mis asesores de la bohemia nocturna, era totalmente cierto y que aquí dejo:
En una ocasión, el presidente de los Estados Unidos, Obama, salió a cenar con su esposa Michelle Obama, y llegaron a un restaurante no tan lujoso, querían hacer algo diferente, y salir de la rutina.
Estando sentados en la mesa del restaurante, el dueño del restaurantes se acercó donde se encontraban y les pidió por favor a los guardaespaldas que le permitieran acercase para saludar a la esposa del presidente, y así lo hizo. Al retirarse el dueño del restaurante, Obama le pregunta a Michelle: ¿ Cuál es el interés de este hombre en saludarte?Michelle le responde: Lo que pasa es que en mi adolescencia este hombre estuvo muy enamorado de mi por mucho tiempo.Obama le dice: ahhh, quiere decir que si tú te hubieras casado con él, hoy día serías la dueña de este restaurante.
Michelle le responde: No... si me hubiera casado con este hombre, hoy él sería el presidente de los Estados Unidos .
Buenísimo, no lo había oído nunca.
ResponderEliminarEste cuento, Tracy, lo vengo publicando, con ésta, ya en tres ocasiones. No lo puedo evitar, me encanta.
EliminarJajajajaja....
ResponderEliminarUna historia genial, Candela.
EliminarFeliz domingo.